martes, 30 de noviembre de 2010

Viaje por el Amazonas y Manaos (3/11/10)

Estamos otra vez en Santarém, y vamos a tomar el barco por el Amazonas. Llegamos justos de tiempo, como siempre, y cuando subimos hay cientos de hamacas colgadas en la cubierta para dormir. Es un barco de tres plantas parecido a los coloniales que vemos en las películas. Ya nos habían dicho que poner una hamaca en el barco era una pelea. Que aunque dejaras sitio entre hamacas para dormir con más espacio, siempre venia alguien y colocaba su hamaca en medio, donde no creías que cania nada más. Pues la verdad es esta!





Atardecer en el Amazonas


En las fotos Ami y Cristof disfrutando de la tarde y de no hacer nada. A la derecha Sara con una amiga del barco.

Llegamos y colocamos las hamacas donde nos indicaron. Estábamos al lado de un matrimonio agradable y de un hombre (por el otro lado) un poco serio, pero era lo que había tocado. Cuando hablamos de Amazonas nos imaginamos un rio con vegetación densa, lleno de animales y apasionante como vemos en las películas. Pero realmente es un rio muy ancho en el que no te acercas a las orillas y en el que solamente ves arboles y alguna vaca. Al menos es así en el tramo Santarém- Manaus que nosotros hicimos. De todos modos, la real aventura no es el Amazonas, es la experiencia de vivir dos días en el barco rodeado de gente local.

No cabe decir que estos dos días dormimos con los pies de alguien en la cara o con el culo de otros en las costillas, pero bueno fue divertido. Dormir en hamaca también es toda una experiencia porque el cuerpo no está acostumbrado, pero le acabas cogiendo el gusto. La verdad que la vida del barco es diferente, sirven comidas básicas por precios razonables y sirven agua fría durante todo el trayecto. No tenemos que olvidar que quien hace este trayecto suelen ser familias que se pasan dos días en un barco porque no tienen recursos para hacerlo en avión, o simplemente es que en el lugar de destino no se puede llegar de otra forma que no sea por agua.


En fin, conocimos muchas historias, familias que iban a celebrar el cumpleaños de los nietos, familias que iban a recoger a familiares y familias que iban a ver a sus hijos que estaban en Manaus. Nosotros éramos de los pocos extranjeros que había en el barco. También estaba Cristof (francés) y otro francés. Con Cristof compartimos momentos muy divertidos y nos lo pasamos bien. Bueno como ya habréis notado nosotros tenemos un imán especial con la gente, y muchos de ellos tenían curiosidad por hablar con nosotros, conocer que hacíamos allí. Incluso los niños nos miraban diferente y nos querían tocar como sabiendo que no éramos de allí. Pero el verdadero espíritu del barco fue el compartir. La gente nos daba fruta para probar, nos regalaron pulseras (con mensajes católicos de fondo) para que nos dieran suerte en el viaje, y nosotros también compartíamos lo que teníamos con ellos. Como dicen, compartir dos días de no hacer nada en el barco, el dormir y el comer une. Por ese motivo creo que cuando llegamos a nuestro destino y bajamos con nuestras mochilas la gente nos despedía con abrazos y con deseos de suerte. Fue una experiencia bonita.



Teatro de Manaus
Habíamos llegado a Manaus y nos quedamos en un hostel. La verdad es que teníamos un vuelo a los dos días y no teníamos mucho tiempo para visitar Manaus. Nos habían dicho que era una ciudad con mucho asfalto y muy caliente. La verdad es que si, estar a casi 40 grados con más del 80 por ciento de humedad de clima tropical amazónico se nota. De hecho es una metrópolis dentro de la selva. Lo más emocionante es que estaban celebrando el festival de cine amazónico y había gran cantidad de gente, televisión y actividad en el gran teatro de la ciudad (uno de los más ostentosos de Brasil, hecho con productos y técnicas importadas de Europa).

Mira lo que encontramos en todo el centro de Manaus (las banderas!!!)

Nos estaba gustando Manaus, pero lo mejor es cuando el último día estábamos en el hostel y entablamos conversación con una chica, Janaina. Nos comentaba que estaba esperando a una amiga para llevarla al aeropuerto y que ella era de Manaus. Nosotros le preguntamos que podíamos hacer, y con toda su voluntad nos comentó que si queríamos que ella nos llevara a conocer la ciudad. En cuestión de 10 minutos de conversación nos habían invitado a mostrarnos la ciudad. Nosotros aceptamos y tres horas después estábamos en su coche montados recorriendo Manaus. Janaina nos llevó a ver el rio, el sitio donde ella trabaja ya que es Bióloga (aunque desgraciadamente como era sábado estaba todo inaccesible) y fuimos a hacer un helado. Pasamos una tarde estupenda con ella. Había hecho de guía con el corazón y sin ningún interés. Y nosotros estábamos encantados y agradecidos. Por eso desde aquí: Muchas gracias Janaina.

Sara, Janaina y Ami



miércoles, 24 de noviembre de 2010

Escapada a Alter Do Chao

Como os decíamos en la entrada anterior, haciendo caso a recomendaciones de gente de Santarem, decidimos ir a al pueblo de Alter do Chao a ver si de verdad valía la pena.
Y bien, llegamos allí y nos encontramos un pueblo tranquilo con casas bastante humildes, andamos direccion al centro, llegamos a una placita con una iglesia, en frente vimos que habia una especie de playa y fuimos para allá. Nos encontramos con la imagen de un rio rodeado de una duna en medio con chiringuitos de madera y barquillas ancladas por el bajo nivel del agua. la verdad que no habíamos visto nada parecido a eso en todo Brasil, asi que como ibamos con las mochilas decidimos buscar alojamiento. Nos gusto el lugar.


Encontramos donde pasar dos noches en casa de una mujer mayor encantadora ( Madar ) y a un precio bastante bueno. Una vez instalados nos pusimos bañadores y al rio!!! el lugar era precioso, cruzamos un río que cubría hasta las rodillas, subimos unas dunas hasta acabar en otra parte del río mas grande y allí nos pasamos bastante raro en el agua. Estando allí conocimos a un chico muy agradable ( Jair ) con el que estuvimos hablando bastante rato y por la noche dando una vuelta por el pueblo junto a su mujer e hijo.

Hablando con locales

El día siguiente fuimos a descubrir un poco el curso del río con un calor impresionante que hasta tuvimos que deternos un par de veces bajo unos a árboles esperando a que pasase la franja de las 12h-13h que era cuando mas picaba el sol. Por la tarde después de comer en la plaza del pueblo un poco de comida casera de unos puestecillos, nos fuimos en busca de un par de árboles para amarrar las amacas y hechar una siesta junto al río.

Ami hechando la siesta en hamaca


Después de pasar un par de días de tranquilidad en Alter do Chao, volvimos a Santarem para empezar otro destino.

Hasta la próxima entrada gente.


Colibrí

Atardecer en Alter do Chao

domingo, 21 de noviembre de 2010

Llegamos a Santarem (01/11/10): Estado de Pará

Corriendo. Esta es la palabra que define a nuestro viaje desde Fortaleza a Sao Luiz. Estamos en el norte de Brasil y teníamos un vuelo de Sao Luiz a Santarém, casi Amazonas para coger el Barco. Nos habían dicho que Jericoacoara era muy bonito, pero sus difíciles accesos para entrar y salir nos hubieran retrasado y no hubiéramos llegado a tiempo, así que decidimos ir a lo seguro y estar dos días viajando para poder coger nuestro vuelo.

Llegamos a Sao Luiz haciendo parada en el camino. La idea de llegar a Sao Luiz era porque nos había dicho que la ruta en autobús desde Sao Luiz a Belem, más al norte, era peligrosa y había habido asaltos a autobuses por el camino. Por lo que preferimos un vuelo.

Fotos: Calles de Sao Luiz

Sao Luiz, a nuestro parecer, es bastante oscuro (las calles de la foto son las mejores) y con poco atractivo. Aunque su parte antigua conserva edificios restaurados dejando huella de la colonización portuguesa. Es patrimonio de la humanidad. Nos habían dicho que fuéramos con cuidado ya que estábamos muy al norte de Brasil y a medida que íbamos subiendo las ciudades eran un poco más inseguras. Sin embargo no tuvimos ningún problema. No podemos hablar mucho más ya que era domingo y acababa de ganar las elecciones Brasileñas la primera mujer de la historia del país, Dilma. Así que cuando llegó la hora nos fuimos al aeropuerto a esperar nuestro vuelo. Ni más ni menos que 8 horas esperando…. Bueno pero al final llegamos a Santarem.

Aqui estamos esperando


Santarem es una ciudad tranquila. Nos habían comentado que era más segura que el resto de ciudades y que era la puerta de mucho de los trayectos por barco que la gente hacia. No estábamos en el estado de Amazonia, pero Pará (el estado de Santarem) se considera también Amazonia. El puerto está muy concurrido ya que para llegar aquí o se accede en vuelo o en barco. Hace casi 50 años el estado brasileño empezó a construir la carretera transamazónica, pero aún hoy día es un proyecto sin acabar.

Santarem nos gustó, aunque hubiera estado mejor si no se notara tanto el calor asfixiante que notamos al llegar aquí. La temperatura había subido más y la humedad también. Como ellos dicen, estábamos ya en amazonas y eso se nota. Es una ciudad activa, tranquila y donde el trabajo en el puerto es de lo más peculiar. Gente que sube de los barcos atracados en el Amazonas, cargadores de bananas, y familias enteras buscando un hueco en el barco. Santarem nos había dado un poco de paz, pero nos hablaban tanto de un pueblecito a 20km que se llamaba Alter do Chao que decidimos comprar los pasajes para nuestra aventura en barco por el Amazonas para ir a visitar este pueblecito. Así que dejamos atrás Santarem, donde el río Amazonas y el río Tapajós se unen.



 



viernes, 19 de noviembre de 2010

Fortaleza: Canoa Quebrada (27/10/10)

Canoa Quebrada está a unas 6h de la ciudad de Fortaleza, pero no tiene nada que ver. Dicen de ella que es el refugio de la población hippie del lugar y es bastante cierto. Se escucha música de Bob Marley y su calle principal, llamada Calle Brooklyn, se llena de paraditas y gente sin preocupaciones a partir de las 7 de la tarde.
Acantilados de Canoa Quebrada
No es una negrita, es la Sara con la piel a no poder más de color!

Llegamos a Canoa Quebrada después de un viaje de noche en autobús, para no variar, en el cual conocimos a Elisabeth, una maña residente en Barcelona y escritora que llevaba un año viajando y estaba en la recta final de su viaje. A las 6 de la mañana nos pusimos a buscar alojamiento y finalmente nos quedamos los tres en una posadita con habitaciones en altura donde veíamos el mar cada mañana que nos levantábamos ( y la verdad que muy barato: 35 reales por pareja = 15€) .


 


Fotos arriba: Chicos haciendo capoeira en la playa.
Foto: No es un modelo es Ami!!! .... como me haces esto Sara!

Este pueblecito es muy tranquilo, y la verdad es que lo necesitábamos. Ciertos días del año, en sus playas, las comunidades hippies encienden fogatas y hacen grandes fiestas. Sus pequeños acantilados rojos, separan al pueblo de la playa y le dan a la playa un aire de refugio. Nos pasamos dos días relajándonos y andando por la playa. Teníamos que coger fuerzas para seguir nuestro viaje.


Natal II: Volvemos a Natal

Llegamos nuevamente a Natal y quedamos con Fabio y Patricia. Por si alguien no recuerda son unos amigos de la chica de Natal (Emili de CS) que nos alojó 3 días atrás. Y a partir de ahora también amigos nuestros.


Fue curioso porque quedamos con ellos en un shopping y estaban comprando adornos de Navidad. En octubre con una calor que te mueres y comprando cosas de navidad al lado de los bañadores…. Es un poco raro pero Brasil es así. De hecho, les ayudamos a montar su primer árbol de Navidad!! Que a la vez, también era nuestro primer árbol Brasileiro del 2010.



Habíamos vuelto a Natal aceptando la invitación de quedarnos en su casa y disfrutar más de la ciudad. Fabio está haciendo el doctorado de Biología y Patricia, a parte de seguir estudiando, es presentadora y reportera de TV. Con ellos hablamos de muchos temas muy interesantes como el día a día del brasileño, los prejuicios del pueblo brasileño y de su historia como país. Ambos conocen muy bien su país y sobretodo Natal y eso nos encanta. Con ellos aprendimos mucho más sobre este país. A pesar de estar ocupados con su día a día, pudimos visitar el fuerte de Natal y la ciudad en coche. Patricia es una estupenda historiadora y nos explicó muchas historias del fuerte de Natal y de la propia ciudad. Y por cierto: Nos prepararon un desayuno muy bueno!!!






También ellos son una pareja muy interesada en Europa por lo que pasamos horas hablando de ambas culturas y de las diferencias y parecidos. Disfrutamos de la playa y pasamos dos días muy agradables, pero teníamos que seguir el viaje hacia Fortaleza. Nuestro próximo destino era Canoa Quebrada.






jueves, 11 de noviembre de 2010

Natal I : Natal y Praia da Pipa

Nuestra llegada a Natal fue tranquila. Llegamos desde Olinda por el día. Sabíamos que teníamos alojamiento donde dormir, y eso siempre tranquiliza. La verdad es que teníamos ganas de llegar. Quizá porque Edu, el brother, nos había hablado mucho de ella y teníamos ganas de ver y comparar.


Emili y Sara desayunando
Natal es la ciudad del Sol, del mar azul y como no de la Navidad ya que NATAL significa Navidad en portugués. Al llegar a la ciudad contactamos con Emily, la chica que nos acogió durante dos días en su casa y de seguida fuimos para su “morada” como ellos dicen. Emily es una chica muy simpática y agradable pero la pena es que no pudimos disfrutar mucho de ella ya que trabajaba y estudiaba y al día siguiente tenía un examen importante. Lo que es de agradecer es que nos acogiera con lo atareada que iba. Ese mismo día conocimos también a Fabio y Patricia ( amigos de Emily ), de los que más adelante haremos referencia.

Playa de Ponta Negra

Al día siguiente, jueves, decidimos ir a la playa de Ponte Negra, famosa en Natal. Ponta Negra es una playa y un barrio, diferente. Su playa larga, turística y cristalina es realmente bonita, quizá de aquí que al fondo veamos los grandes resorts que han sabido sacarle partido. Igualmente, es una playa limpia, plana y tranquila, con algunas zonas de rocas con piscinas naturales. Fue un día tranquilo paseando por casi los 15km de playa. Hay que decir que el sol picó, tanto que el dolor de cabeza que teníamos era importante, aunque eso no impidió que saliéramos a hacer unas cervezas a la playa (también a Ponta Negra) con nuestros amigos de Natal.

Como siempre nos lo pasamos genial, tanto que esa misma noche teníamos una invitación de Fabio y Patricia para volver a Natal, cosa que hicimos. Cuando nos despedimos de Emili al día siguiente cogimos un bus para Praia da Pipa, un pueblecito a una hora y media de Natal que nos habían dicho que era especial.



Fotos: Disfrutando de Ponta Negra





Amigos de la playa
Llegamos a Praia da Pipa entre cocoteros y caminos de tierra. Es una especie de pueblecito de playa semi hippie con una parte de mucho turismo argentino y de dinero y otra parte puramente de pueblo, todo enmarcado en unas playas muy bonitas y sobre todo, con una bahía llamada bahía de los golfinhos (bahía de los delfines), y que no sabéis porque? La verdad es que en este pueblecito tuvimos mucha suerte ya que estuvimos en un hotel con piscina, con un desayuno impresionante y con una habitación de hotel estupenda por un precio de pousada barata! (creo que por pena! Jajajaja). Además, en el primer desayuno, unos monos salvajes estuvieron desayunando con nosotros en la terraza del bar donde estábamos almorzando. Fue una experiencia ver a los monillos pequeños (el padre, la madre y el hijo) acercándose para que les dieras frutas!!

Praia da Pipa es una playa con un encanto especial. Es un pueblo de tierra roja y calles empedradas. Las playas son largas, de arena fina y solitarias, y caminar por ellas es un gustazo. Lo que teníamos que ir al tanto era con las variaciones de la marea ya que en un par de horas la marea podía subir tanto que resultaba imposible salir de una cala. Tanto es que por las mañanas la vista de la playa es totalmente diferente a la tarde. Por las mañanas encuentras a las familias disfrutando de la playa con marea baja, barcos atracados y bebiendo en los bares que aprovechan la tierra que deja el mar, mientras que por la tarde encontramos grandes olas y el mar a pie de calle. Sin embargo, lo más destacable de Praia da Pipa son los delfines.

      Fotos: Barco atascado por la marea y gente disfrutando de la playa

Nos habían dicho que se veían delfines en un trozo de la playa y allá fuimos. Eran las 9,30 de la mañana y nos metimos en el mar. Estábamos prácticamente solos, pero de repente: delfines nadando a unos metros de nosotros!!! La verdad es que es una experiencia y una sensación diferente. Son todo un espectáculo. Nos quedamos más rato y no paraban de salir a respirar y creemos que a chafardear a ver quien había nadando. Los delfines no te tocan ni se acercan demasiado, pero para nosotros tener a un delfín en libertad a unos 10 metros es una pasada! Tanto que al día siguiente repetimos y allí estaban de nuevo. Maravilloso!!!




A parte de esta experiencia con delfines, que nos encantó, en Praia da Pipa disfrutamos también de la piscina del hotel y del pueblo. Del ambiente nocturno lleno de farolillos en los bares y de gente disfrutando de la gastronomía del lugar. A los dos días volvimos a Natal para seguir subiendo por la costa, pero no antes sin pasar por casa de Fabio y Patricia (Natal) que muy amablemente nos habían invitado a ver la ciudad durante el domingo y a pasar la noche en su casa. Pero eso en la siguiente entrada.