Nuestros días en China se acaban. Hemos estado tres semanas en este país y hemos tenido experiencias de todo tipo. Hemos visto una China con lugares muy turísticos, pero también hemos estado en una China en donde parece que nunca hayan visto a un turista. Donde los niños cuando nos ven se echan a llorar (por extraños y no por feos!) y la gente nos saluda como diciendo: quien son y que hacen aquí? Estamos volviendo dirección Hong Kong y en un tren unas chicas que chapurrean inglés nos dicen que podríamos parar en Zhaoquing. Nos enseñan una página web (www.7moy.com) ideal para encontrar rutas en tren por China y saber precios orientativos, así que con ellas acabamos de decidirnos. Es 6 de junio de 2011 y nosotros sin idea de lo que es este lugar y sabiendo que habrá pocos turistas, ya que no hay ningún hostel juvenil por la zona, vamos para allá. Después de tomar el tren decidimos parar en Guigang, otra ciudad perdida, ya que tenemos como regla que más de 13 horas en tren es demasiado.
Este pueblecito está perdido en el mapa. Escogido a dedo y por conveniencia en la ruta decidimos dormir allí y disfrutar de la ciudad de Guigang por un día. El calor sofocante nos paralizó al pisar este lugar. La verdad es que nos limitamos a descansar y a pasear por sus calles. Sentarte en el arcén de la carretera y ver pasar a la gente es toda una experiencia. A veces tenemos que parar y ver como todo sucede a nuestro alrededor. Así que eso hicimos. La gente montada en sus motocicletas, motocarros o rickshaws pasaban y nos miraban extrañados. Los niños nos gritaban y saludaban desde las ventanas mientras paseábamos por esta ciudad de temperatura asfixiante. Y habiendo descansado nuevamente tomamos el tren y el autobús que nos llevaría a Zhaoquing.
Estamos en Zhaoquing y encontramos una ciudad grande pero donde la vida pasa tranquila. Quizá tranquila porque sus temperaturas y humedad también asfixiantes no te dejan hacer muchas actividades físicas. Pero sin turistas y con muchas cosas por ver. De hecho tiene un parque rodeado de un lago y varias colinas que vale la pena visitar. Dentro del recinto hay varios templos-refugios chinos, reserva de aves y paseos de arquitectura china típicos de postal. Ahora mismo están reformando el perímetro del lago, pero es un lugar diferente para visitar. Tanto, que una chica se nos acercó y nos dijo que éramos los primeros extranjeros que veía en Zhaoquing y que estaba muy emocionada de que además fuéramos españoles! Estamos convencidos de que esto no es lo normal, pero nos llamó mucho la atención.
Por tanto, nos dedicamos a pasear, comer y seguir comiendo. Bueno y también nos mojamos mientras nos caía la trompa más grande de agua que nos había caído jamás viajando. Allí supimos lo que las altas temperaturas y la humedad pueden hacer con las nubes. Una trompa de agua tan grande que quedamos parados como una hora con más chinos debajo de un refugio mientras paseábamos por Zhaoquing. Y cosas de la vida se nos acercó un anciano y nos regaló un paraguas. Son situaciones que se agradecen y que no se encuentran todos los días, y más en China, donde entre ellos no existe un respeto como el que podemos encontrar en las ciudades europeas. Así que dejamos esta ciudad para llegar a la frontera con Hong Kong y entrar nuevamente en la ciudad tecnológica y loca que nos había dado la bienvenida a Asia dentro de nuestro viaje. Teníamos un vuelo esperando a Singapur, y allí íbamos. Así que nos vemos en la próxima entrada a Singapur!
Esperando en la ultima estacionde China y camino a Hong Kong |