lunes, 13 de junio de 2011

Nueva Zelanda: Auckland




Nos subimos al avión y no sabemos cuántas horas más tarde, haciendo escala en Los Ángeles y con su correspondiente perdida de avión por retrasos, llegamos a Nueva Zelanda. Entre tanto cruce de meridianos, y no sabemos todavía muy bien cómo, estábamos a 10 horas de diferencia con España y en medio del océano Pacífico. Bienvenidos a en Nueva Zelanda!

En el aeropuerto nos esperaban Charlie y Heather, un matrimonio de más de 65 años que nos acogieron en su casa con los brazos abiertos. Lo que es la vida, y mediante amigos, llegamos a conocer a Ángela, una neo zelandesa que vive en Barcelona, y en nuestro primer encuentro nos invitó a casa de sus padres cuando fuéramos a Nueva Zelanda. Y allí estábamos, montados en el coche con Heather y Charlie camino a su casa de Auckland y hablando inglés después de más de seis meses de sólo español por Suramérica.

Tenemos que decir que Charlie y Heather nos acogieron como hijos y nos tuvieron como invitados de lujo. Hasta nos dieron la bienvenida con la bandera catalana incluida!! Éramos parte de su familia, aunque fuera por unos días, así que disfrutamos de una barbacoa con Peter y Nicole (hijo y pareja de Heather y Charlie), disfrutamos de la compañía de sus nietos (junto a Karen (madre de los niños) y su pareja) y de la dulce compañía de la madre de Heather, y que a pesar de su edad pudimos disfrutar de conversaciones sobre Nueva Zelanda muy interesantes.




Fotos: Arriba con Peter haciendo una barbacoa y a la deracha con Heather enseñandome las normas de como hacer una buena barbacoa! Abajo: Disfrutando del museo marítimo.

Estábamos alojados y cuidados, así que lo siguiente era conocer Auckland. Para empezar Charlie pidió un día de fiesta para hacernos de guía turístico, así que nos llevó a sitios que seguramente no hubiéramos conocido. Fuimos a unos de los más famosos acuarios de Auckland donde puedes ver a los pingüinos a escasos metros de ti, visitamos el museo marítimo, ya que nueva Zelanda tiene una gran historia y tradición naval, caminamos por playas con marea baja y pudimos cruzar en ferry de un lado al otro de la bahía de Auckland.


Paseando con Charlie
Vistas de Auckland
Caminar por Auckland sin rumbo también es una experiencia. Pararse en cualquier bar y mirar pasar a la gente nos desconcertó. Ver diferentes tipos de rostros en una misma ciudad era algo que no habíamos notado con tanta fuerza. Si tuviéramos que resumir diríamos que Auckland está compuesta por los Maoríes (nativos), la población oriental, población india y los blancos (descendientes de la colonización). No hay que olvidar que Nueva Zelanda fue colonizada por los ingleses y que su actual reina es la reina de Inglaterra. Tienen un gran sentimiento inglés, aunque no les gusta que les comparen con ellos. Sin embargo la otra cara son los nativos. En Auckland encontramos a una población maorí totalmente integrada socialmente, aunque sin embargo nuestra ruta por el interior de la isla nos mostraría que esto no es igual en todos los rincones de Nueva Zelanda.  

Auckland es una ciudad joven, activa y asiática. Perdonad que recalquemos esto, pero no habíamos visto tantos restaurantes orientales juntos. Seguimos caminando y su Skytower (torre mirador) nos sorprendió. Decidimos subir a ver qué vistas nos ofrecía y la verdad, que a parte de alguna niebla y lluvia, la vista de la ciudad, las islas y el magnífico puente de Auckland no nos defraudó. Incluso pudimos ver como los turistas se tiraban desde lo más alto de la torre, previo pago en caja, por supuesto. Así que cuando volvimos a tocar con los pies en el suelo, seguimos caminando y caminando para perdernos por las calles de Auckland.

Nuestros días en Auckland, de momento se acaban. Después de 3 días en la ciudad y con la compañía de Heather y Charlie nos marchamos con nuestra campervan (furgo) alquilada a recorrer el país. Pero esto no era todo, volveríamos para estar unos últimos días más con ellos y la familia de Nueva Zelanda.


....UNAS SEMANAS MÁS TARDE....


Si nos dejáis que nos saltemos nuestra ruta en furgoneta por el país (en la siguiente entrada más) os contamos como disfrutamos a la vuelta. Era 23 de abril y llegamos nuevamente a Auckland. Como no, Heather y Charlie nos esperaban, pero no estaban solos, Jannette (la hija de ambos), su marido y sus maravillosas hijas estaban allí pasando unos días de semana santa, o como ellos dicen The Easter Bunny! Estos días nos divertimos muchísimo, hablando ingles con las niñas (sin comentarios!), jugando con ellas, comprando huevos de Pascua, viendo a Charlie saltar en paracaídas, conversando con Jannette y su marido, comentando las historias vividas con la furgoneta, viendo las fotos que habíamos hecho y comiendo y disfrutando del día de Pascua en familia. Pensábamos que les debíamos algo, así que cuando supimos que el día de Pascua íbamos a casa de Karen y que seriamos unas veinte personas tuvimos que hacer una paella (nota: un 6….jajajaja). Hay que decir que ambos son unos enamorados de España y en especial de Cataluña. Por lo que se convirtió en una pequeña aportación para darles las gracias por todo lo que habían hecho por nosotros.


Así que desde aquí: Gracias Ángela, Charlie y Heather!





Fotos: Quien le dijo a Ami que no iba a celebrar su cumpleaños?


Fotos: El cocinero de la paella y foto junto a Jannette.




Vaya postres!
En la cocina con Phil y Charlie


Fotos: Charlie haciendo paracaidismo



Fotos: Nuestra furgo por las calles de Auckland




sábado, 14 de mayo de 2011

Mexico III: Bacalar

Nuestro siguiente destino era la Laguna de Bacalar. Un lugar del cual casi ni se tiene constancia a no ser que seas de allí. Pero nosotros hablando con los chicos de Cancún, (Alejandro y Paco) y con David y Ángeles que también habían oído hablar del lugar decidimos ir a conocer dicha laguna. Así que los cuatro nos despedimos de Tulum y nos dirigimos hacia allí.

Después de un par de horas de bus y otra en coche con dos mexicanos que se ofrecieron a llevarnos (a los cuatro en su ranchera), llegamos a Bacalar. El lugar no parecía lo que nos habían contado ya que paramos en la carretera general del pueblo y solo se veía casas y la gasolinera donde nos dejó el bus.Lo bueno fue cuando preguntamos a una señora que iba en su monovolumen por la laguna y si había algún lugar donde pasar la noche en tienda de campaña. La mujer muy amable nos invitó a subir a su coche y nos llevó primero a conocer el pueblo, otro cenote y después se paró en un lugar donde ya se observaba la laguna.

viajando a la Laguna

nuestro rinconcito
El lugar era una pequeña finca de césped con un chambao donde vivía un matrimonio el cual conocían a la señora. Por un precio muy razonable nos quedamos allí, pero…lo más espectacular fue cuando nos íbamos acercando a la orilla y se podía ver un agua transparente y si mirabas progresivamente para el fondo se podían distinguir varios tonos de azules.

No lo hemos dicho pero a la Laguna de Bacalar se la conoce como a la de los siete colores. Damos fe de ello. Y allí plantados entre tres palmeras con nuestras tiendas acompañados de David y Ángeles pasamos tres días (dos noches). Cocinando con leña y preparando algún cenote que otro.


PD: Algunas fotos son "robadas" a David y Ángeles.








Fue la mejor despedida que se podía tener de México junto a esta nueva pareja que conocimos, encantadores. Volveríamos a repetir sin duda.



panorámica de lo que veíamos todas las mañanas

Nuestra laguna privada

El gran Cenote azul de Bacalar


Nuestra furgo en Bacalar, México




Foto derecha: Dejando México en el Aeropuerto....



Viva México cabrones!!! Y que viva Zapata!!!

Nos vemos por Oceanía ya pronto.

martes, 10 de mayo de 2011

Mexico II: Llegamos a Riviera Maya


Cuando escuchamos hablar de Riviera Maya normalmente pensamos en Cancún y como no en los hoteles resorts. Es cierto que uno de los principales atractivos de Cancún son sus resorts de lujo, pero también hay vida y una gran ciudad fuera de ellos.


Llegamos a Cancún donde Alejandro nos esperaba. Hacía calor, o mejor dicho, hacia una temperatura estupenda pensando que en Barcelona para esas fechas, es decir, finales de febrero se estaban pelando de frio. Encontramos una ciudad grandiosa y a una gente muy agradable. La vida que hay fuera de los resorts, inclusive a nosotros nos sorprendió. Hay un ambiente de playa continuo, pero también hay barrios periféricos de trabajadores que no se dedican al turismo como en cualquier otra ciudad. Alejandro nos recibió con los brazos abiertos. A pesar de hacer poco que vivía en Cancún disfrutaba de la ciudad al máximo. Alejandro vive con Paco, otra persona y amigo que acostumbra a recibir a viajeros en su casa y además disfruta con ello. Disfrutamos de las charlas, de compartir música, de hablar de Barcelona y de comer tacos y tortas con Alejandro y Paco. Como siempre, llegamos entre semana, así que no les podíamos robar mucho tiempo, pero aún así, nos ayudaron muchísimo en conocer la cultura mexicana y a saber los mejores lugares de Riviera Maya que luego visitaríamos.


Nosotros con Alejandro (izq) y Paco (centro)
Playas de Cancún
Todo el mundo debe ir al menos una vez en su vida a Riviera Maya. Hay que saber que hay turismo alternativo en estas zonas y dejar de banda los estereotipos de grandes hoteles de lujo ya que pudimos comprobar que de alguna manera los resorts “meten un poco de miedo” a los turistas para que nos se aventuren por ellos mismos. Nosotros, en cambio, solamente nos movíamos con transporte público. Es cierto que para ir a la playa en Cancún se debe ir a la zona hotelera pero fue tan simple como coger un bus y pararnos en una zona recomendada (el mirador). En la playa estábamos con la gente de los hoteles, pero el agua azul estaba increíble y disfrutamos más de lo que pensábamos a pesar del vaivén del agua.

Isla Mujeres es otro destino increíble en Cancún. No por la isla en sí, sino porque allí vimos por primera vez lo que eran las aguas más transparentes que nunca habíamos visto y todo lo que puedes hacer en la isla era diferente para nosotros. Para llegar a Isla Mujeres se llega en ferry. La terminal marítima no es muy segura, y menos de noche, pero con cuidado llegas a todos sitios. Por supuesto siempre te intentan vender paquetes turísticos, pero como es normal en nosotros preferimos hacerlo por libre. Hay que ir preparado para ver que en tu billete de ferry pone por la ida 70 pesos mexicanos (4,20€) y en el billete de los locales pone 5 o 15 pesos, pero esto es lo que tiene ser turista en México!


Dentro de Isla Mujeres puedes alquilar buggies, motos,… o ir en microbús. Pero primero de todo queríamos ver las famosas playas, así que fuimos a una de las mejores: La playa del Norte. Cuando llegamos allí quedamos alucinados. Las aguas transparentes, tranquilas y limpias. Eso era el paraíso! Nos encantó, pero el sol picaba demasiado como para quedarnos todo el día tirados en la arena blanca y los ferris acababan pronto de trabajar, así que fuimos hacia el tortuguero, un sitio recomendado. La entrada al tortuguero nos costó 30 pesos (1,8 €), pero valió más que la pena. Este centro se ocupa de la recuperación de las tortugas así que vimos diferentes clases de tortugas enormes y de diferentes tamaños, caballitos de mar, mantas,… lo bueno fue que nos hicimos amigos de uno de los cuidadores y nos sacó a las tortugas para que las cogiéramos. La verdad es que fue una experiencia diferente y encantadora.



Félix sigue viajando: En Isla Mujeres, Riviera Maya


Nuestros días en Cancún acababan y nos teníamos que despedir de Alejandro y de Paco, pero no sin antes probar su tequila mexicano reservado para las visitas. La verdad es que disfrutamos mucho con ellos pero nos habíamos marcado algunos destinos más en Riviera Maya y uno de ellos era Playa del Carmen.


Mucha gente habla maravillas de Playa del Carmen, pero para nosotros fue una mezcla de Lloret de Mar con Puerto Banús. Turismo de clase alta, sobretodo europeo y mucho argentino. La gente bien vestida por las noches para ir a cenar a algunos de los estupendos, caros y maravillosos restaurantes situados en la calle principal llamada la 5ª Avenida. Una calle llena de tiendas de souvenirs, recuerdos, masajes y locales de ocio. Nosotros no vimos la playa tan bonita como habíamos visto las de Cancún y la verdad es que disfrutábamos más yendo dos calles más atrás, donde estaba nuestro hostel, para cenar en una taquería de barrio por la decima parte de lo que costaba en la calle principal y vestidos con los pantalones bombachos y el bañador, si nos apetecía. Simplemente diferentes tipos de turismo.

...los artistas con el tequila

Lo cierto es que Playa del Carmen nos sirvió para ubicar donde está la fiesta en Riviera Maya y ver otra cara de México. También se pueden hacer excursiones interesantes desde Playa del Carmen como la que hicimos nosotros a Akumal, una localidad a unos 20 minutos en bus con una playa también muy bonita donde puedes nadar entre tortugas haciendo snorkel si contratas el transporte hasta el arrecife controlado en donde se encuentran. Por supuesto, nosotros disfrutamos solamente de la playa ya que no veníamos preparados para nada más. Dejamos Playa del Carmen y nos fuimos a Tulum. Los transportes en Yucatán están realmente bien. No son caros y se encuentran diferentes precios dependiendo de las comodidades que se requieran.

Paseando por Riviera Maya y después de haber salido de la movida y fiestera Playa del Carmen, llegamos a Tulum. Tulum es una localidad tranquila con una calle principal sin demasiado movimiento y una Riviera de playas franqueadas por los pequeños hotelitos. Pero sin duda, la estrella de Tulum son sus ruinas.


Llegamos a Tulum y todo nos parecía más caro de lo que habíamos encontrado, así que después de mucho meditar nos fuimos a un hostel un poco alejado del centro pero que ofrecían bicicletas incluidas, desayuno y estaban cerca de las ruinas. Disfrutar de Tulum en bicicleta no tiene precio. Parecíamos verano azul pedaleando con el sol a nuestras espaldas y yendo y viniendo a la playa. Tenemos que decir que el hostel tenía uno de los mejores desayunos que habíamos probado en todo el viaje, pero sin duda, lo que mejor nos ofreció este sitio fue conocer a David y Ángeles. Ellos son una pareja formada por un vasco que habla catalán y una argentina que estaban viajando por Centroamérica por casi siete meses y con los que compartíamos muchas cosas a nivel de inquietudes y de formas de viajar.
Las ruinas de Tulum

Dejamos a David y Ángeles para visitar las ruinas y quedamos encantados. A pesar de que dicen que Chichen Itzá son una de las ruinas más importantes de México, las de Tulum no tienen nada que envidiar. Su ubicación en una colina mirando al mar para controlar la llegada de los invasores españoles y su conservación son excelentes. La playa de arena blanca que tiene a los pies y en la cual te puedes bañar cuando las visitas ya vale el precio de la entrada.





A nuestro parecer Tulum tiene las playas más bonitas de lo que habíamos visto en Riviera Maya. Estábamos en otro paraíso de arena blanca y aguas de diferentes azules diferente al que habíamos visto en Isla Mujeres. A parte de las playas teníamos muchas ganas de visitar un cenote. Que nadie haga la broma fácil de que era una cena enorme eh, David. Todo esto lo disfrutamos con David y Ángeles con los que estuvimos tres días de playa por Tulum. Ellos nos dejaron un equipo de snorkel para ir a visitar un cenote mientras ellos iban a otro pero para hacer submarinismo, ya que son bastante expertos en el tema.


Nadando en los cenotes de Tulum

Disfrutrando y viajando con David y Ángeles


Morenitos en las extraordinarias arenas de Tulum

Proximo destino: Bacalar, el paraíso perdido de Riviera Maya

viernes, 29 de abril de 2011

Mexico D.F

Estamos aquí nuevamente. Pedir disculpas por los retrasos, pero caminando por el mundo no siempre se tiene Internet.


Huele a tacos, quesadillas y se oye música mexicana. La verdad es que cuando llegamos a México era esto lo que nos queríamos encontrar, y si tenemos que adelantar algo: México nos sorprendió! Pero no adelantemos. Llegamos a México DF, capital del país y nos sorprendieron las buenas comunicaciones e instalaciones que tiene el aeropuerto Internacional ya que con el mismo metro que pasa por el aeropuerto llegamos al centro de la ciudad.

Maquina de tortitas
Estábamos avisados de la peligrosidad de la capital mexicana, pero como hemos aprendido a no pensar en nada malo, nos subimos en nuestro metro y recorrimos el Distrito Federal con nuestros mochilones, no vamos a decir que la gente no nos miraba….pero eso es normal. Llegamos a nuestra parada y salimos del metro. Era de noche y cabe decir que vimos a una ciudad bastante oscura y solitaria, y no lo decimos por la hora que era. De frente venia un chico directo hacia nosotros,…..y nos hizo mucha ilusión saber que era Adam, nuestro anfitrión en la capital Federal!!

Adam vive en el centro de la ciudad y nos ofreció su casa y todo lo que necesitáramos. Su gata Shiva nos tomó cariño de la misma forma que nosotros a ella, pero ya se sabe, Adam no nos la dejaba llevar con nosotros. Nada más dejar las mochilas teníamos tantas ganas de empezar a empaparnos de México y de su comida que fuimos con Adam a rincones de la ciudad que poca gente conocía, y en especial, a comer tacos que no volvimos a probar ni a ver en el resto de nuestro viaje. En la carta colgada de la pared que pertenecía al pequeño chiringuito callejero ponía: taco de cabeza, lengua (res), suadero, maciza,….con salsa picosita,…en fin, una olla como las nuestras grandes de cocido llenas de diferentes partes del animal cocinadas y puestas en un taco con cebollita y cilantro. Buenísimo!

Se dice que la comida mexicana suele ser picante y la verdad es que lo es, pero las especias y salsas te las ponen a parte para que te agregues si quieres. Cabe decir que más tarde supimos que los derivados de la leche suavizan los picantes, por lo que comprendimos porque ellos beben aguas saborizadas (como licuados para nosotros) de horchata, aunque esté hecha como nuestro arroz con leche. Aprendimos bastante de la gastronomía Mexicana, pero cada cosa a su tiempo.


Nosotros con Adam

Comiendo tacos de pescado
Los días que estuvimos en México intentamos pasar tiempo con Adam, a pesar de que trabajaba. Nada más salir de su casa por las mañanas, en su portal teníamos un bar de tacos y nos aficionamos a los tacos de canasta (se llaman así porque los tienen en una canasta de mimbre). Disfrutamos de la ciudad, de los rincones, de los preciosos edificios, de la simpatía de su gente y de su calle peatonal en la que se puede ver los vestigios de la arquitectura española. No nos pareció una ciudad peligrosa, pero si caótica. Por el día la ciudad cambia. Es curioso ver como  está dividida en la zona tecnológica (venden CD’s, DVD’s, juegos de play,..), zona electrodomésticos, barrio chino,… en fin micromundos dentro de la ciudad y con mucha mucha vida callejera.


Nos marchamos de la capital con tristeza ya que tres días es poco para disfrutar de este lugar. También con pena por Adam y Shiva ya que nos hubiera encantado molestarles por más tiempo, pero nos dirigíamos en avión a Mérida. El clima de México es excelente. Estábamos en Febrero y nos empezábamos a poner morenos.

Fotos: por las calles de Mexico DF


La simpatia de la gente mexicana

Mérida es el centro de la Península de Yucatán. A su vez la península se divide como en estados: Yucatán, Quintana Roo y Campeche. En Mérida tuvimos suerte y nuestro acompañante de asiento en el avión, muy amablemente, nos invitó a llegar a la ciudad en su taxi. Total pagaba la empresa y el tenía que ir igualmente. Bueno empezábamos bien. Buscamos hostel y nos quedamos en un lugar tranquilo y gestionado por Don Jorge un apasionado de España y con raíces europeas que nos trató como huéspedes especiales. Allí vivimos las noches en la plaza principal, probamos nuevos platos y sabores como las quesadillas (especie de canelones con salsa roja o verde) o las burritas (burritos con jamón y queso) y una bebida hecha con una flor llamada Jamaica.


Llegamos a Valladolid para visitar las ruinas Mayas de Chichen Itzá. Después de hacer un esfuerzo económico para visitarlas e ir por la vía económica, es decir en bus, quedamos un poco decepcionados. Es demasiado turístico y agobiante por los cientos de vendedores que hay en su interior. Las ruinas son preciosas y no se puede entender como los Mayas construyeron esos templos, los significados que tienen y como fueron capaces de predecir el tiempo con tanta exactitud. Sin embargo nos faltó tiempo personal para disfrutar del momento.


Fotos: Comiendo helado en la plaza de Valladolid y camión mexicano

Hay que decir, que como toda ciudad mexicana sus rincones e iglesias recuerdan a las españolas. Pero una cosa que nos fascinó fueron las tortas de cochinita y típicas del lugar. Son unos bocadillos rellenos de carne. Esta carne es el cerdo cocinado bajo el suelo en un horno de carbón durante un día entero y servido en su jugo dentro del pan (y puesto con las manos, por supuesto!!).



México no es un país caro. Una habitación podía rondar los 100 pesos (6 euros por persona) y una torta 12 pesos (70 cent). Con todo esto nos marchábamos para la costa. En Riviera Maya Alejandro nos estaba esperando para quedarnos en su casa de Cancún. Esperamos que hayáis disfrutado tanto como nosotros. Nos vemos en Cancún.