India del Norte

Nuestro viaje por India

Como bien os comentábamos habíamos disfrutado de la comida, la vida y la religión de Madurai, situada en lo más sur de este enorme país, India. Como ya nos habréis oído más de una vez, el sur de India nos estaba resultando un poco duro a nivel de alojamiento, nos estaba costando aceptar ese rechazo al turista extranjero de presupuesto bajo y empezábamos a ver todas las ciudades iguales a la vez que consumistas, así que decidimos coger un tren y viajar al norte de India, de hecho estábamos haciendo lo que siempre habíamos hecho: estar donde quisiéramos, cuando quisiéramos y con quien quisiéramos.

Después de pasar el tremendo lío y la dura burocracia de comparar un billete de tren en India, encontramos a un funcionario de lo más eficaz y nos consiguió dos trenes de los cuales uno de 7h nos llevaría a Chennai y el otro que salía a las 4h siguientes, el cual en solamente 30h (es ironía….), nos llevaría a Agra. Después de esta aventura llegamos al norte de India, Agra nos recibía de la misma forma que nos recibió hace 3 años cuando la visitamos con nuestros amigos Roger y Sonia. Recordábamos las calles, los locales e incluso negociamos un excelente precio (300Rs) en el mismo hotel en el que ya nos habíamos alojados años antes en el que recordábamos las excelentes vistas de su terraza al majestuoso Taj Mahal. Incluso seguía activo el pequeño local de comida en el que siempre íbamos y continuamos comiendo todos los días que estuvimos allí, ya que incluso los dueños se acordaban de nosotros!!

Fotos en Fatehpur Sikri

Nos sentíamos bien, estábamos en un lugar que conocíamos, al que querían al turista (aunque fuera por el interés al “business” de los extranjeros) y  en donde las habitaciones eran económicas. Aunque en el norte nos sentíamos mejor también deberíamos decir que muchas cosas de las que nos gustaban en el sur ya las perderíamos para siempre, por ejemplo, los restaurantes locales nos veíamos obligados a cambiarlos por los exclusivos para extranjeros, porque directamente no había restaurantes de locales, los precios de la comida era muchísimo más caros a la vez que más “internacional” y menos india, y empezábamos a estar rodeado de más rubios y orientales, cosa que en el sur prácticamente ni habíamos visto. Desde Agra aprovexhamos para visitar el rojo complejo de Fatehpur Sikri y como no volvimos al Taj Mahal. Nos volvía a encantar este complejo fúnebre, pero las comparaciones fueron presentes. Encontramos un Taj Mahal con más policía, más restringido en zonas, muy lleno de gente y con pasillos diferenciados para locales y extranjeros (cosa que no nos gustó).  Igualmente disfrutamos y saboreamos estar allí de nuevo.

Taj Mahal

Seguimos nuestro periplo por el norte de India y llegamos a Bundi previa parada en Kota, nos habían comentado que tenía un palacio precioso encastado en la montaña y allí fuimos. Queríamos seguir viendo aquellas ciudades amuralladas bajo la atenta mirada de sus palacios. Nos alojamos en un jabeli (antiguos palacios de estilo árabe) precioso por un precio económico (330Rs). Su terraza daba directamente al palacio y cuando estábamos en ella veíamos los monos saltar de terraza en terraza mientras las cometas de los niños alcanzaban el cielo prácticamente en casa. Nuestra visita a Bundi fue de lo más relajada, tardes de descanso, cenas en la terraza del jabeli y paseos por las preciosas calles de la ciudad. Miles de templos ocupan Bundi y sus calles azules y laberínticas le dan el encanto perfecto, pero sin dudad sus artesanos y su gente es lo mejor. La gente de Bundi es alegre, agradable y humilde. Nos fascinó este lugar.

Fotos en Agra

Bundi

Aunque en Bundi sufrimos alguna pequeña descomposición por la comida, llegamos a Ajmer. Ajmer es la puerta de entrada a Pushkar, nuestro paraíso en India. Ajmer, años antes nos pareció caótica, sucia y desordenada. Sin embargo, esta vez la veíamos normal, incluso con algo de encanto. Nos dimos cuenta de lo que cambian las perspectivas dependiendo de la forma de viajar, las experiencias personales y los ojos con lo que se miren las cosas. Sin más llegamos a Pushkar después de un trayecto movido de autobús. Es curioso lo pequeño que es el mundo, ya que nada más llegar a esta pequeña ciudad nos encontramos con una joven pareja catalana que habíamos conocido al principio de nuestro viaje (y el de ellos) en Bombay. Era de locos, pero allí estábamos, ellos con sus experiencias y nosotros con las nuestras después de casi dos meses de habernos conocido.

Fotos en Bundi

Pushkar es una ciudad construida alrededor de unos gahts (lagos sagrados con templos) que se caracteriza por la paz y la meditación del lugar, pero también por las numerosas tiendas que allí hay. Mucha gente de Europa va a Pushkar a comprar, y eso lo sabíamos, pero la verdad es que ha cambiado tanto en este sentido, que encontrábamos las cosas carísimas, los indios más duros con el regateo y había muchos más negocios que antes. Incluso la gente comentaba que ya pronto habría que buscar otro lugar para hacer negocios de textil. Para nosotros lo primero era alojarnos, y así lo hicimos. Nos decidimos por “Mama Luna” que nos pareció genial, negociamos bien y estuvimos perfectamente degustando sus maravillosas pizzas en la terraza y admirando las vistas desde nuestra ventana . Estábamos tan a gusto en Pushkar que nos quedamos los 12 días que nos quedaban por estar en India.

Vistas de Pushkar

Habíamos decidido que estaríamos tranquilos los días que nos quedaban de viaje, después nos esperaba la vuelta a España después de casi 17 meses fuera y disfrutando de esta vuelta al mundo, o como decimos nosotros de nuestro Paseo por el Mundo. Así que buscamos nuestro rincón de comida, caminamos, compramos mucho, disfrutamos de tarde y atardeceres en los gahts, deleitamos los lassis (bebida de leche de búfala típica), hablamos con la gente y atamos los últimos cabos para dejar de disfrutar esta aventura en India.

Tres días antes, tomamos un bus a Ajmer para tomar el tren que nos llevaría a Delhi. Estaríamos dos días allí para acabar de cerrar temas, comer carne después de los días en Pushkar (allí son puros vegetarianos), y como no acabar de hacer la mochila mientras nos imaginábamos el reencuentro con los nuestros y nos poníamos nerviosos a la vez. En fin, Delhi nos sorprendió también bastante. Encontramos un Delhi mucho más moderno con calles asfaltadas y más ordenado. Muchas más tiendas y caro, como no.

Atardecer en los gahts de Pushkar

Había llegado el día y allí estábamos cogiendo el avión de Finnair Delhi a Helsinki para más tarde hacer transbordo a Barcelona. Nuestra familia y amigos nos estaban esperando con gran impaciencia. Sin embargo… ya estaban avisados que nuestra aventura no había acabado. Nos quedaba el camino de Santiago! Habíamos decidido acabar nuestro viaje por el mundo paseando por España y que mejor que hacer el Camino de Santiago (Camino Francés).

Gracias por acompañarnos durante este viaje, por los múltiples Skyps y por pensar en nosotros y darnos fuerzas!!

En la próxima entrada NUESTRA LLEGADA A BARCELONA!!!