jueves, 11 de noviembre de 2010

Natal I : Natal y Praia da Pipa

Nuestra llegada a Natal fue tranquila. Llegamos desde Olinda por el día. Sabíamos que teníamos alojamiento donde dormir, y eso siempre tranquiliza. La verdad es que teníamos ganas de llegar. Quizá porque Edu, el brother, nos había hablado mucho de ella y teníamos ganas de ver y comparar.


Emili y Sara desayunando
Natal es la ciudad del Sol, del mar azul y como no de la Navidad ya que NATAL significa Navidad en portugués. Al llegar a la ciudad contactamos con Emily, la chica que nos acogió durante dos días en su casa y de seguida fuimos para su “morada” como ellos dicen. Emily es una chica muy simpática y agradable pero la pena es que no pudimos disfrutar mucho de ella ya que trabajaba y estudiaba y al día siguiente tenía un examen importante. Lo que es de agradecer es que nos acogiera con lo atareada que iba. Ese mismo día conocimos también a Fabio y Patricia ( amigos de Emily ), de los que más adelante haremos referencia.

Playa de Ponta Negra

Al día siguiente, jueves, decidimos ir a la playa de Ponte Negra, famosa en Natal. Ponta Negra es una playa y un barrio, diferente. Su playa larga, turística y cristalina es realmente bonita, quizá de aquí que al fondo veamos los grandes resorts que han sabido sacarle partido. Igualmente, es una playa limpia, plana y tranquila, con algunas zonas de rocas con piscinas naturales. Fue un día tranquilo paseando por casi los 15km de playa. Hay que decir que el sol picó, tanto que el dolor de cabeza que teníamos era importante, aunque eso no impidió que saliéramos a hacer unas cervezas a la playa (también a Ponta Negra) con nuestros amigos de Natal.

Como siempre nos lo pasamos genial, tanto que esa misma noche teníamos una invitación de Fabio y Patricia para volver a Natal, cosa que hicimos. Cuando nos despedimos de Emili al día siguiente cogimos un bus para Praia da Pipa, un pueblecito a una hora y media de Natal que nos habían dicho que era especial.



Fotos: Disfrutando de Ponta Negra





Amigos de la playa
Llegamos a Praia da Pipa entre cocoteros y caminos de tierra. Es una especie de pueblecito de playa semi hippie con una parte de mucho turismo argentino y de dinero y otra parte puramente de pueblo, todo enmarcado en unas playas muy bonitas y sobre todo, con una bahía llamada bahía de los golfinhos (bahía de los delfines), y que no sabéis porque? La verdad es que en este pueblecito tuvimos mucha suerte ya que estuvimos en un hotel con piscina, con un desayuno impresionante y con una habitación de hotel estupenda por un precio de pousada barata! (creo que por pena! Jajajaja). Además, en el primer desayuno, unos monos salvajes estuvieron desayunando con nosotros en la terraza del bar donde estábamos almorzando. Fue una experiencia ver a los monillos pequeños (el padre, la madre y el hijo) acercándose para que les dieras frutas!!

Praia da Pipa es una playa con un encanto especial. Es un pueblo de tierra roja y calles empedradas. Las playas son largas, de arena fina y solitarias, y caminar por ellas es un gustazo. Lo que teníamos que ir al tanto era con las variaciones de la marea ya que en un par de horas la marea podía subir tanto que resultaba imposible salir de una cala. Tanto es que por las mañanas la vista de la playa es totalmente diferente a la tarde. Por las mañanas encuentras a las familias disfrutando de la playa con marea baja, barcos atracados y bebiendo en los bares que aprovechan la tierra que deja el mar, mientras que por la tarde encontramos grandes olas y el mar a pie de calle. Sin embargo, lo más destacable de Praia da Pipa son los delfines.

      Fotos: Barco atascado por la marea y gente disfrutando de la playa

Nos habían dicho que se veían delfines en un trozo de la playa y allá fuimos. Eran las 9,30 de la mañana y nos metimos en el mar. Estábamos prácticamente solos, pero de repente: delfines nadando a unos metros de nosotros!!! La verdad es que es una experiencia y una sensación diferente. Son todo un espectáculo. Nos quedamos más rato y no paraban de salir a respirar y creemos que a chafardear a ver quien había nadando. Los delfines no te tocan ni se acercan demasiado, pero para nosotros tener a un delfín en libertad a unos 10 metros es una pasada! Tanto que al día siguiente repetimos y allí estaban de nuevo. Maravilloso!!!




A parte de esta experiencia con delfines, que nos encantó, en Praia da Pipa disfrutamos también de la piscina del hotel y del pueblo. Del ambiente nocturno lleno de farolillos en los bares y de gente disfrutando de la gastronomía del lugar. A los dos días volvimos a Natal para seguir subiendo por la costa, pero no antes sin pasar por casa de Fabio y Patricia (Natal) que muy amablemente nos habían invitado a ver la ciudad durante el domingo y a pasar la noche en su casa. Pero eso en la siguiente entrada.

5 comentarios:

  1. Que bien que os vemos!! Seguir disfrutando tanto como hasta ahora y no os olvidéis de nosotros.
    Un besazo enorme de los cuatro. (Sergio, Álvaro, David y Montse)

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  2. Van pasando los días y vosotros vais acumulando riquezas a medida que pasan las horas :) que bueeeeno seguir este lindo cuento. Besotes

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  3. JA SA SAP DESPRES DEL STIGUET DE SANT MARTI,FAMI GANA.EL BARÇA3 VILLAREAL 1.ENCARRA NO M´ARRIBAT AQUELL PEQUET,PLENS DE PETONETS DE TOTS VOSALTRES.TRES PETONTS DE TOTS TRES I UNA ABRASADA ESTIMAT AMIC QUE C.SOC L´ENTRADA 1892

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  4. Luego nos vendreis contando que habeis pasado mucha hambre que es muy duro estar fuera de casa jajaj ya os vale como os poneis de comida jiji un besote...juanitooooo

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  5. primis que guapo lo de los delfines una pasda un besote i aver cuando nos vemos por la camara asi os vere guapos i bien morenitos chao gu`pos a seguir pasandolo bien besotessssssssssss

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