Nuestro siguiente y último destino fuera de nuestro país es India. Hace tres años y medio visitamos este país (el norte), nos encantó así que queríamos repetir y terminar aquí nuestro periplo por el mundo. Vamos a intentar hacer dos entradas que engloben, una el ‘’norte’’ y la otra el ‘’sur’’, ya que creemos que es la mejor manera por lo grande en tamaño de este país. Así que trataremos de ser menos detallistas pero sin dejarnos información útil de las rutas.
Fotos: Trenes de India
El paso por el sur de India engloba cinco estados, que vienen a ser cinco ‘’Españas’’. ¡Que gigante es India, nunca se acaba! Son los siguientes por orden: Estado de Maharastra, Karnataka, Goa, Kerala, Tamil Nadu.
Aterrizamos en Mumbai (Bombay) desde Bangkok, unas cuatro horas y media en avión y por la noche (23.30h). Como no conocíamos esta ciudad de antemano reservamos dos noches por internet desde Tailandia. Durante el trayecto en taxi prepago a Colaba (zona de alojamientos) podemos observar una ciudad poco iluminada, con edificios bastante derruidos y sobre todo enorme muy enorme y como es común en casi todas las ciudades de India llena de gente ‘’pobre’’ durmiendo y viviendo en las calles rodeados de hogueras o simplemente tirados en las aceras.
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Ventas callejeras de Bombay |
Nuestro hotel era un antiguo edificio destinado al ejército, que ahora es lugar de mochileros aunque gestionado por antiguos militares. Todo muy disciplinado y un dato a decir es que está justo detrás del famoso ‘’Hotel Taj’’. Donde hace unos cinco años hubo un atentado en el que había políticos de todo el mundo incluidos nuestra ‘’querida’’ Esperanza Aguirre. Curiosidad nada más. Quien conozca Bombay sabe que es una de las ciudades más caras de India, y esto es así (habitación muy básica con baño 725 Rps. Por debajo de aquí mejor ni mirar).
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Estacion Victoria de Bombay |
En Mumbai estuvimos unos cuatro días en los que visitamos la parte más antigua de la ciudad como la puerta de India o la estación Victoria. Hemos de decir que esta ciudad está repleta de edificios estilo inglés y la mayoría de todos con un característico color gris decadente y con las fachadas medio desconchadas, aunque al contrario de lo que pueda parecer, guarda un encanto especial, no sabemos si por su gente, bastante amable con nosotros o por las calles en las que te puedes perder y ver el día a día de sus habitantes. El tema pobreza es cómo no, un problema. Que vamos a contar, estamos hablando de India, uno de los países más pobres del mundo pero contrariamente una de las grandes potencias capaz de prestar dinero a Europa. No entraremos en detalles de lo que está bien moral, ética o económicamente. Cada uno tenemos nuestras opiniones al respecto. Lo que sí es cierto que es un problema que no podemos esquivar y a veces son los propios habitantes de este país los primeros que deben cambiar su manera de proceder en este tema. Los turistas, como norma general, solo podemos ofrecer pan para hoy hambre para mañana.
Siguiendo el recorrido en Mumbai (Bombay), nuestro último día aquí fue el más especial y bonito de todos ya que fuimos a visitar una ONG (Sonrisas de Bombay) con la cual habíamos contactado semanas antes para poder conocerlos en persona. Esta ONG fue creada y fundada por un chico de Barcelona hace unos siete años y su principal objetico es educar y desarrollar a las personas (familias) de ‘’casta’’ más pobre, conocidos como ‘’intocables’’ que viven en los Slumbs (chabolas) de esta ciudad, pero el gran baluarte es que este cambio lo realizan las mismas personas de esta condición. Así que desde profesores de guarderías, de los institutos (todos ellos creados por Sonrisas de Bombay) a personas que trabajan en las mismas oficinas de la ONG, son personas que en principio y por muy duro que suene no iban a ser nada en esta ciudad, a menudo muy cruel. Así que nuestra visita por las instalaciones y por los barrios donde este cambio esta mas que ejecutado fue como un ‘’todo es posible’’ una experiencia muy bonita. Hay que decir que esta ONG la conocimos hace tres años gracias a una gran amiga, Sonia. Desde aquí recomendamos la lectura del libro ‘’Sonrisas de Bombay’’ de Jaume Sanllorente, para los que quieran conocer un poco más algunos de los problemas de este país.
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Sonrisas de Bombay |
Así que nuestra visita en Bombay se acabó con una gran lección de humildad y superación.
Nuestros siguientes destinos fueron Nassik y Shirdi. La primera ciudad es como muchas punto de peregrinaje para visitar sus ‘’gats’’ lugares sagrados cerca siempre de algún río o lago natural o artificial. Nassik es una cuidad bastante grande y como la mayoría de ciudades medianas-grandes, ruidosas casi las veinticuatro horas del día, sin encanto salvo sus ‘’gats’’ y con mucha vida callejera. Shirdi vino a ser casi lo mismo aunque a diferencia de Nassik, los peregrinos van a visitar a un famoso “Baba’’ que viene a ser un predicador del hinduismo. Aquí pudimos ver una pobreza más acentuada ya que en la mayoría de estos lugares acude gente casi sin recursos para pedir caridad. En Shirdi tuvimos la suerte de compartir un buen rato en casa de una familia local encantadora que nos ofreció ‘’chai’, te con leche y pastas mientras paseábamos por sus calles más tranquilas. Una de las características que ya pudimos apreciar del sur de India es el nivel de vida (algo más alto que en el norte) y ciudades con edificios ‘’feos’’, urbanísticamente algo anárquicos, con muchos servicios y sobre todo con un exceso de vehículos a menudo agobiante. Así que aparte de tener que pagar algo más por los alojamientos (camas dobles casi todos con televisión, algo también nuevo para nosotros) teníamos que tragar más humos y aguantar el sonido de los claxon cada tres segundos, algo irritante a lo que cuesta acostumbrarse.
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Golgumaz |
Así que dejamos ya este estado y nos fuimos para el siguiente, Karnataka, donde la primera ciudad a visitar era Bijapur. Aquí, de rebote y sin saberlo fuimos a visitar el mausoleo de estilo musulmán Golgumaz que tiene la segunda cúpula más grande del mundo después de la de San Pedro en el Vaticano. El mausoleo impresiona por si inmensidad tanto por fuera como por dentro ya que puedes subir hasta arriba y apreciar la altura que tiene. En Bijapur estuvimos tres días ya que nos pareció un lugar más tranquilo donde poder descansar y visitar sus calles llenas de mercados y frutas y de gente muy curiosa. Lo bueno de todos estos días es que apenas nos cruzamos con turistas. Aquí dormimos en una habitación en la que pagamos (500 rupias) con TV. El precio medio que fuimos pagando por todo el sur de India es de 400 rupias y remirando ya que como hemos dicho el nivel de vida es algo más alto.
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Con la gente de Bijapur |
Otro tema que tenemos que hablar es la comida. Después de estar unos cinco meses por el sureste asiático, incluidos China, comiendo bastante arroz y fideos con sus variedades claro, la comida de India era algo que teníamos ganas de probar ya que la conocíamos y nos gustaba. Así que disfrutamos de su gastronomía aunque a veces más calórica ya que se come más carne y derivados de harina, todo riquísimo y acompañados de una infinidad de clases de salsas que difícilmente las pruebas todas. Eso sí, quien no soporte el picante tiene la opción de alimentarse solo de fruta jejeje!!!, batidos o el típico lassi (bebida de leche fermentada) a menudo mezclada con frutas. Así que tocaba controlarse con la cantidad de comida sino queremos llegar con más kilos de más.
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Familia con la que nos alojamos en Hampi |
India es ideal para viajar en tren, pero debido a las fechas (temporada alta en India) todo estaba lleno, así que llegar a la parada de autobuses (o la bus stand, como ellos dicen) es rápido y seguro. Los precios son fijos (si son del gobierno) y te dan ticket oficial. Solamente hay que intentar no sentarse ni delante ni detrás y cerrar los ojos para no mirar la carretera. Siempre salen autobuses, así que nos levantamos bien temprano y llegamos a Hospet, la ciudad en donde se toma el bus para llegar a Hampi. El lugar es espectacular. Nada más llegar nos sorprendió ver que el pueblo y los templos están entre rocas redondas espectaculares. Una estampa que estábamos buscando, sin duda. A todo esto añadimos que cuando llegamos había una celebración de peregrinos, por lo que el templo principal estaba lleno de gente, entre cantos, velas y bailes tradicionales indios, como lo describimos nosotros: estábamos en una película de Indiana Jones!
Nuestra estancia en Hampi fue relajada, no solo por las vistas y los atardeceres impresionantes entre ruinas y rocas, sino también porque estábamos alojados en casa de una familia india (300 Rps con baño) con la que compartimos curiosidades, vivencias y nuestro día a día. Mucho mejor que en un guesthouse turístico! Además los monos y el baño diario del elefante sagrado, al que todo el mundo está invitado, dan un aire diferente y místico al lugar. Para nosotros Hampi es un lugar diferente y especial en nuestro recorrido por India.
Siempre queriendo alejarnos de las rutas turísticas decidimos bajar más al sur preguntando a los locales. Decidimos ir a las Jog Falls, o para que nos entendamos, las caratas más grandes de India. Haciendo noche en Hubli, una ciudad de conexiones únicamente para parar y dormir, llegamos a Sagar. Siempre con calma, nos alojamos en una pensión muy humilde (200 Rps con baño fuera), pero encontramos en esta ciudad a una población alegre, simpática y comimos las mejores Dosas (especie de crep de harina acompañado con salsas Indias) que habíamos probado. Es decir que pasaron los días y estábamos a gusto sin que la ciudad tuviera nada de especial, pero esto nos pasa bastante. Desde Sagar hay buses (45min) a Jog Falls bastante seguidos. Encontramos un recinto (2 Rps por persona) con miradores bastante descuidados, pero para ver unas cascadas que estaban bastante secas. Quizás no era la mejor época, pero la caída es considerable.
Después de mucho pensar decidimos ir a Goa. Nos resistíamos por lo que sabíamos lo que íbamos a encontrar (demasiados turistas y fiesta), pero después pensamos que mejor valorarlo por nosotros mismos. Además las navidades de 2011 se acercaban y allí son cristianos, por lo que a lo mejor iba a ser una buena opción para pasar estas fechas. La primera idea de Goa es fiesta, playas y extranjeros, pero su centro Panji, es un centro con viviendas portuguesas preciosas y gente agradable. Nos alojamos en un guesthouse extremadamente limpio, en el que nuevamente nos sentíamos bien (425 Rps con baño fuera) a pesar de tener un dueño muy estricto (que a nosotros ya nos iba bien! Si se trataba de mantener el orden).
Desde allí fuimos a Vieja Goa (conserva iglesias y conventos católicos), visitamos su mercado de pescado, caminamos por las playas (que a nadie se le ocurra bañarse en las de la ciudad) y visitamos Arambol. Arambol es una playa, alejada una hora y media, en la que esperábamos ver arena blanca, pero nada de eso. Es una playa larga y bonita con estrellas marinas y cientos de cangrejos, pero demasiada explotada de chiringuitos-hippies-alternativos-de yoga…..demasiado! Sin embargo hay gustos para todos y respetamos.
Demasiados días para navidad, así que nos marchamos a Udupi, después de haber comido buen pescado en Goa. Estábamos en Navidades con calor y en una ciudad llena de locales (mitad católicos y mitad hindúes), así que nos pusimos guapos y nos fuimos a comer y a cenar como correspondía en esas fechas familiares. Para no perder la costumbre nos compramos nuestro “vino” indio y a pensar en cómo lo estaría pasando la familia.
Cogimos otro autobús “peligroso” para plantarnos en Hassan. Nos habían dicho que esta es la ciudad ideal para ir a visitar los templos de Belur, Halebib y Sravanabelagola. A estos templos se llega fácilmente en bus, no más de una hora y la entrada es gratis. Son templos como los que recordábamos del norte, con figuras y tallados muy parecidas a las de Kajuraho. Totalmente recomendables, sin embargo nuestro descubrimiento fue Sravanabelagola. Unos templos situados en lo alto de dos montañas a los que se accede solamente a pie y es toda una experiencia, no solo por la caminata y las vistas, sino por el aire que se respira allí arriba.
Otro año más estaba llegando y pensar donde lo íbamos a pasar para sentir un poco de calor festivo en estas fechas, fue complicado. Finalmente nos decidimos por Mysore (450 Rps habitación doble, buscando mucho en estas fechas tan complicadas), un lugar en donde su mercado de fruta, flores e inciensos nos encantó. La vida en la calle de Mysore es muy activa y vivimos un fin de año un poco “seco” pero no podíamos pedir más! Estábamos en 2012!!
Fotos: Mercado Mysore y nuestras uvas de fin de Año
Año nuevo y estado nuevo porque dejábamos Karnataka para entrar en Kerala. Este famoso estado es conocido por sus playas y ahora podemos decir que está lleno de turistas indios de alto nivel económico. Sin embargo, no sabemos todavía muy bien si por las fechas o porque volvíamos a tener el mismo problema que en Maharashtra: nos decían, en los alojamientos locales, que estaba lleno siendo mentira. Otra vez no, por favor!!! Visitamos Kannur y Kochi (Ernakulam) y a parte de estos inconvenientes disfrutamos. Kannur es conocida por sus “backwaters” (paseos en barca por zona de manglares), pero nosotros ya habíamos hecho cosas parecidas en el Mekong, así que preferirnos ver el rio entre paseos. Llegamos a Kochi, muy conocida por los turistas y decidirnos alojarnos en Ernakulam, ciudad anterior a la isla de Kochi, para que el alojamiento nos resultara más económico y para estar rodeados de locales, sin embargo la cosa se volvía a complicar y nos costó muchísimo.
Finalmente nos quedamos en una habitación con baño (220 Rps) en la que nos dijeron que solamente nos dejaban 2 días porque al tercero venia el dueño y no quería extranjeros…. Qué pasaba? En fin, disfrutamos de la comida local y visitamos la isla de Kochi (40 min) que conserva sus edificios preciosos portugueses, las iglesias católicas del colonialismo y las redes chinas de los pescadores. Sin dudad caminar por Fort Kochi es romántico, pero a la par que carísimo (si uno quiere alojarse allí) y lleno de turistas. Como siempre una de cal y otra de arena.
Estábamos acabando nuestro paseo por el sur, pero antes de todo queríamos llegar a Madurai para ver su famoso templo. Llegamos de madrugada en tren y gracias a esto pudimos ver otro tipo de Inda. Mujeres pintando las aceras con dibujos, gente montando los puestos y unos templos impresionantes a los que ya a esas horas se dirigían los peregrinos. Dicen que los templos de Madurai son en el sur lo que es el Taj Mahal en el norte, y desde luego que sus 9 torres con dibujos llamativos de dioses y detalles llenos de color son de lo más apasionantes. Pero quizá lo que más cautiva es la vida peregrina alrededor del templo, gente haciendo colas interminables, gente viviendo alrededor del templo en su ruta de peregrinos y ver como en su interior la gente venera a sus dioses de forma extrema. Madurai fue el último destino para acabar de probar esa comida india típica del sur y vivir su cultura.