domingo, 26 de diciembre de 2010

Cataratas de Iguazu desde el lado Argentino


Llegamos al nordeste de Argentina, Puerto Iguazú, donde nos disponíamos a visitar unas de las maravillas naturales más espectaculares que se pueden ver hoy día, Las cataratas de Iguazú.

Después de 16h en bus-cama. “Parece mentira pero a estas alturas no se nos hace nada pesado un viaje tan largo”, llegamos a Puerto Iguazú donde ya teníamos reservadas tres noches en Che Lagarto, hostel que ya hemos mencionado más de una vez. Era viernes y descansamos y disfrutamos un poco de su piscina del hostel además de visitar las Tres Fronteras. Las Tres Fronteras es un punto de Puerto Iguazú donde podemos ver tres países separados por el rio Paraná, Argentina, Brasil y Paraguay.


El Parque natural de Iguazú necesita como mínimo dos días para visitar. Nada más empezar el paisaje es especial. Estas realmente en la naturaleza. El parque cuenta con mucha fauna y flora. Tiene miles de mariposas diferentes y cada cual nos sorprendía más. Además los coaties (como una especie de oso hormiguero pequeño) caminan por todo el parque con libertad. Inclusive se acercan a los turistas con toda naturalidad para ver si pillan algo de comida, aunque cuidado que muerden!! Lo más impresionante fue ver a un tucán. Dicen que los tucanes se ven más al interior del parque, por lo que estábamos de suerte. La verdad es que es un pájaro impresionante, tranquilo y grande. Sólo por esto ya habíamos amortizado la visita al parque.






El parque tiene diferentes circuitos que hacer para ver las cataratas desde diferentes puntos. La verdad es que la garganta del Diablo es la principal atracción pero las demás cascadas son impresionantes. El primer día que fuimos al parque visitamos las cascadas desde los miradores inferiores y superiores. Además ese día visitamos la Isla de San Martín que estaba abierta. Desde esta isla hay un mirador impresionante de las cascadas desde donde se puede ver la caída de agua y la fuerza que tienen. La verdad es que quedarse admirando es inevitable. Dicen que los iones del agua a esa velocidad provoca una sensación de felicidad que la gente que visita las cascadas siente.








Compramos la excursión en barco a las cascadas para verlas desde dentro y la experiencia es única. Los 15 minutos que dura el trayecto en zodiac, te adentras en la cascada de tal forma que no puedes ni abrir los ojos de la fuerza con la que cae el agua. Pidiéndole más al conductor del barco disfrutamos muchísimo de la experiencia. Además en esta isla que hay enfrente de las cascadas tenían habilitada una zona para el baño y darse un baño en el agua helada de las cascadas de Iguazú no lo hace todo el mundo, así que seguimos disfrutando a la vez que quitarnos el calor del día.

Finalmente y para quedarnos con el buen sabor de boca nos dirigimos a la Garganta del Diablo. Para llegar hasta allí tienen un tren ecológico que recorre el trayecto hasta las pasarelas por las que se llega a la garganta. La gran impresión de la Garganta del Diablo es llegar por un sendero tranquilo y de repente ver un gran agujero enorme el cual no te explicas como puede estar ahí. La Garganta del Diablo es una cascada provocada por la diferencia de altura de dos placas por las que el agua cae a tanta velocidad y tanta cantidad que cuando miras al fondo no logras ver el final. Es una sensación de lo grande y de la fuerza de la tierra y el agua, y a la vez de lo pequeño que somos nosotros en el mundo. Es una maravilla del mundo tal y como dicen.



Callejeros viajeros en Iguazú
Con este buen sabor de boca, al día siguiente volvimos (la entrada es la mitad de precio en el segundo día). Lo primero que queríamos volver a hacer nada más llegar al parque era volver a ver la Garganta del Diablo, así que nos subimos al tren ecológico. Al lado teníamos a una pareja con una cámara semiprofesional que nos llamó la atención. Con la curiosidad que nos caracteriza le preguntamos que estaban haciendo. Muy sorprendida Paula, la chica nos preguntó que si éramos españoles para respondernos que eran de CALLEJEROS VIAJEROS!!! No nos lo podíamos creer!! Como decimos: que casualidades!! Era nuestra oportunidad y no podíamos salir en el programa por mucho que nos lo pidieron. Estuvimos coincidiendo con ellos por la visita al parque y en la garganta. Nos encantó coincidir con ellos y mucho rato después no dábamos crédito a haber coincidido con ellos.








Fotos arriba: Garganta del Diablo

Sara y Ami bañandose en las aguas de Iguazú

Después de esta experiencia, hicimos un sendero que nos habían recomendado: El sendero Macuco. Este sendero es una inmersión por la selva (dentro del Parque Nacional) donde al final llegas a una cascada muy agradable. La verdad es que disfrutamos del parque y de lo que el norte de Argentina nos estaba ofreciendo con esta maravilla del mundo.

Catarata Macuco




Nuestro próximo destino era el norte de Argentina. Casi con frontera con Bolivia, queríamos conocer la otra cara de Argentina, así que pasaríamos de Buenos Aires y la selva de Iguazú para hacer parada en la ciudad de Posadas (frontera con Paraguay) para llegar a las áridas regiones de Jujuy y Salta.

 

sábado, 25 de diciembre de 2010

Che! Estamos en Argentina: Buenos Aires con Romina

Ami y Romina
Llegamos a Buenos Aires y allá en el mismo Puerto Madero nos recibe nuestra gran Romina.

Romina es nuestra amiga argentina que conocimos en Búzios (una de las primeras entradas del blog en Brasil) y que nos caímos muy bien de seguida, con lo cual ella nos invitó en su día a su casa en Lanús y como no, nosotros aceptamos.

Eran las 23h mas o menos por lo que tuvimos que tomar un taxi para llegar a su casa. Ella nos había dicho que vivía en un pueblo lejos de B.Aires (capital federal) por lo que nosotros nos imaginábamos algo parecido a Terrassa pero en pequeño. Enseguida nos dimos cuenta de que B.Aires es enorme, con la ayuda del taxista y Romina (guía experta) averiguamos que solo en el area metropolitana por así decirlo había unos 19 millones de hab. Asi que Lanus equivaldría a Hospitalet pero a 45 min. del centro. Hay que decir que llegamos un viernes.


Llegó el sábado y ya instalados en Ca la Romi pudimos ir a visitar el centro. Visitamos el barrio de la Boca y como no Ami (visité) visitó la bombonera. En Terrassa es otra cosa pero aquí es el estadio donde juega Boca Juniors, equipo de Maradona.

Fotos: Estadio de la Bombonera y Barrio de la Boca




Despues de visitar la boca, un barrio muy colorido lleno de restaurants y de gente bailando tango, comimos en un mercado popular y fuimos a visitar San Telmo. Un barrio mas cercano al centro con una plaza llena de artesanos y algo bohemio. Nos gustó mucho.


Al día siguiente seguimos visitando el centro (microcentro) lleno de calles comerciales con librerías sobre todo y tiendas de souvenirs y como no, llegamos al Obelisco, espectacular y además Romina tiene el privilegio de trabajar en una oficina cerca donde desde su balcón se puede ver. Yo creo que esta flaca maneja plata y además es una zona con mucho quilombo.

Ami Sara con la furgo en el obelisco de Buenos Aires
Lo mejor vino por la noche. Un asado argentino, que Edu (hermano de “Romi”) con la ayuda de Pascual (el padre de ambos) hicieron mientras bebíamos unos cinzanos. Hay que decir que Edu es mucho mejor persona que Romi, jejeje! ¡Que no flaca que te queremos mucho! Por cierto el asado buenísimo y la compañía también. Romi, Edu y Leti (su pareja), Patricia (amiga) y nosotros. Lo pasamos muy bien la verdad! Gracias chicos! Nos trataron como si nos conociesen de siempre. Así todo es muy fácil.

En principio nos íbamos a quedar dos noches en Lanús y tres en un hostel en el centro pero estábamos tan a gusto allá que abusamos de la confianza y nos quedamos todos los días en casa de Romi, la pobre, pero porque ella quiso, eh!

También fuimos a visitar a nuestro otro amigo argentino Fede. En La Plata pasamos un dia visitando sus calles, comiendo con la familia de Fede y disfrutando de su compañia. Recordamos momentos vividos en Brasil y disfrutamos. Gracias Fede!



Fotos: Ami bebiendo mate de camino a la Plata y Sara, Romi y Fede en la catedral de La Plata


Comiendo choripanes y bondiolas con Romina y Edu en Puerto Madero

Pasaron los días y fuimos descubriendo un poco de B.Aires, ya que es enorme y visitamos algunos barrios como Palermo, Recoletas o Puerto Madero donde cenamos en un puesto callejeros unas bondiolas y unos choripanes. Por la noche nos veíamos con nuestra flaca ya que ella trabajaba. No vamos a desvelar su oficio por si se siente incómoda pero es común de los argentinos, empieza por psi y acaba por ologa. Pasamos seis días en Ca la Romi y tenemos la sensación de que dejamos una amiga por el camino pero lo mejor es que en unos días volveremos y para asegurarnos de ello dejamos algunas cosas de nuestra mochila en su casa ya que para visitar el norte serían un lastre. Total, que Buenos Aires es una ciudad con algo especial, ya será por la cultura que se respira o por su gente, dicen que los porteños tienen la fama de arrogantes y soberbios. En nuestra experiencia no se reflejó nada de eso (excluyendo a los que conocimos) y opinando solo de la gente de a pie.

Quizá hemos sido un poco empalagosos con Romi, pero gracias a ella pudimos disfrutar a lo grande de esta Megaciudad en la que aprendimos a movernos con bastante soltura y con las precuciones adecuadas. Solo nos faltó irnos de jodas a unos boliches (irnos de fiesta a unos Pub’s), pero eso llegará…

 
 
Fotos: Cementerio de recoletas donde está enterrada Evita Perón y Romina y Sara haciendo las locas en el Obelisco. Abajo: Ami y Romina admirando Buenos Aires

Nos vemos por el norte del país, destino Iguazú.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Uruguay II: Montevideo y Colonia

Después de salir de Cabo Polonio, nos dirigimos a Punta del Este. Esta parte de Uruguay es muy turística, tanto que parece Lloret pero con Uruguayos, no solo en lo comercial, sino también en los precios, así que nos fuimos rápido. Llegamos a Montevideo tras cinco horas en autocar. Nos esperaba Rafael para pasar dos noches en su casa.

Sara, Ami y Rafa
Rafael es un chico simpático que también pillamos en época de exámenes, por lo que intentamos no molestar demasiado e ir por nuestra cuenta. Hay que decir que nos ofreció su casa por completo y disfrutamos de cenas agradables. Gracias Rafa!!

Montevideo es una ciudad agradable y no demasiado grande para ser capital. Eso se agradece cuando no conoces y cuando tienes que recorrer en bus. Caminamos por el centro, visitamos la biblioteca nacional, subimos a un mirador con vistas a todo Montevideo y visitamos el casco antiguo y la famosa plaza Independencia donde se encuentra la figura del comandante Artigas.

Vista panoramica de Montevideo



Fotos: Pza Independencia y pareja de tangeros

 
Hablamos y hablamos, ya que a los uruguayos les encanta hablar, conocer y aprender. Y por supuesto comimos como nunca. Si a alguien se le ocurre pedir un chivito al plato, típico de Uruguay, (ternera con huevo, varias capas jamón dulce, queso y acompañado de patatas fritas y ensaladas) que vaya sin haber almorzado. O que se pida también matambre, típico plato de ternera que cuando los uruguayos dicen que es pequeño significa que es enorme. En Montevideo pasamos cuatro días (tres noches en casa de Rafa) y la verdad que nos resultó bastante agradable. Después seguimos viajando hacia el sur, a la ciudad de Colonia de Sacramento, mucho más pequeña y a unas dos horas.


Fotos: Asado Uruguayo y Sara&Ami en el Ferry de Colonia a Buenos Aires

 
Nos decía la gente que no nos podíamos ir de Uruguay sin haber visitado esta ciudad y eso es lo que hicimos. Colonia es más bien un pueblo grande que tiene un centro histórico precioso, con calles adoquinadas y con casas de la colonia portuguesa y española muy bien conservadas (patrimonio de la humanidad). Pero lo que nos gustó también fue la cantidad de coches de la época que se veían por la calle, algunos en funcionamiento y otros simplemente abandonados pero que formaban parte del paisaje urbano, (algunos rellenos de plantas, vaya paranoia).



por las calles de Colonia

Colonia y de fondo Buenos Aires
No hay que decir que seguíamos comiendo de pu…ro vicio jejeje!!! Encontramos chiringuitos callejeros que hacían unos combinados tremendos. Nos da que los kilos que hemos perdido por el calor de Brasil se están recuperando. No lo hemos comentado pero dormimos en un hostel de la cadena HI donde más de una vez hemos dormido en este viaje.

Si hay que resumir Colonia en una palabra, esa sería: “pintoresca”.

Al tercer día nos disponíamos a cruzar en Ferry en una hora hasta Argentina, (donde nos esperaban en Puerto Madero) la cual podíamos ver desde Uruguay, separados por el Rio de la Plata. Hemos de decir que Uruguay en nueve o diez días se nos ha hecho corto, es un país que hay que disfrutarlo tranquilo y al menos en veinte días, transmite mucha tranquilidad y aunque no es muy reconocido turísticamente, volveríamos seguro. Pero esta es solo la opinión de quien les está redactando.


Un saludo enorme y nos vemos en Buenos Aires.



lunes, 13 de diciembre de 2010

Entramos en Uruguay: Chui, Punta del Diablo y Cabo Polonio

Familia, amigos y blogueros nuestra aventura por Brasil ya ha acabado, entramos en Uruguay.


Como siempre esperando

Estamos saliendo de Brasil, y llegamos a Chui. Podríamos decir que Chui es tierra de nadie. Todavía en el bus en tierra Brasileña, pasas la frontera donde el conductor del autobús para que nos marquen los pasaportes con el sello de salida de Brasil, y allí entras a Chui.



Es curioso ver como una calle nada más separa dos países. Nos quedamos una noche y casi dos días en Chui sin tener el pasaporte sellado ya que hasta que no saliéramos de Chui camino a tierra Uruguaya no nos sellarían el pasaporte con entrada a Uruguay. Los comercios en ambos lados tenían claro a quien pertenecían, incluso en unos nos cobraban con reales y cruzando la calle en pesos uruguayos. Sin embargo captamos al momento el olor a churrasco, queso, embutidos y vinos que había en la parte uruguaya, por eso nos quedamos más por allá, como tontos, no? La verdad que es toda una experiencia!


Nuestro próximo destino era Punta del Diablo. Este pueblo de calles sin asfaltar es un pueblo diferente al resto de ciudades. Con la playa de fondo, casas muy separadas y casi vacío aporta tranquilidad a nuestro viaje. La verdad que de camino a Punta del Diablo ya nos había sorprendido el tipo de gente que se subía al bus. Habíamos visto a los típicos uruguayos del norte, los gauchos, con sus botas camperas, sombreros del oeste y fajines de cuero, siempre acompañados de la matera de piel (para meter el mate y el termo). Los uruguayos beben mate a todas horas! Y son la tranquilidad personificada. El paisaje también cambiaba bastante, grandes prados verdes repletos de vacas, caballos, ovejas y algún que otro gorrino. ¡Mucha carne!




nuestro hostel en Punta del Diablo
Ami de reflexión
 Después de pasar la noche en Punta del Diablo y relajarnos un poco nos dirigimos a Cabo Polonio, íbamos casi sin información del lugar ya que no aparecía en nuestra guía. Nos esperaban unas cuatro horas de viaje a no sabemos dónde.

Llegamos al destino y nos bajamos las seis personas que quedaban en el autocar. Azilis (francesa), Lucas (brasileiro), Matt y Anna (ingleses) y nosotros. Estábamos en un descampado rodeado de algunos árboles y algún 4x4 que había aparcado. Fue bueno porque todos nos miramos como diciendo que hacemos aquí casi de noche…Después de preguntar a un hombre nos subimos en uno de los 4x4 que era la única forma de llegar a Cabo Polonio. Era un parque protegido.

Sara en el 4x4 camino a Cabo Polonio

El 4x4 nos llevo durante casi veinte minutos por un bosque lleno de dunas, algo muy raro y casi a oscuras hasta dejar ese bosque, vimos dos ciervos mirándonos y un búho, ¿que pasa aquí? Nada, llegamos a una playa y al fondo se veía como un pueblo y un faro. Llegamos al pueblo y los dos ingleses se quedaron en una posada que tenían reservada y los demás nos fuimos a casa de una mujer, recomendada por el chofer del 4x4, y a la que pudimos rebajar el precio inicial por ser cuatro, 200 pesos uruguayos ( uyu ) , unos 8€ p/p. Nosotros dormimos en una habitación privada tipo cabaña en la que cabía la cama, las dos mochilas y poco más. Cenamos allí embutido que llevábamos y hasta mañana.

Al amanecer pudimos ver bien donde estábamos. Era un pueblo sin asfaltar claro ( arena de playa ) y con casitas algunas de madera y otras de tocho pero pequeñas, casi todas de color blanco. Era un sitio tranquilísimo sin coches, motos y lo mejor, sin luz ni agua corriente rodeado de mar y dunas. ( nos duchábamos con agua de pozo calentada a gas ).


Nos fuimos a averiguar un poco y rodeando el pueblo por unas rocas pegadas a la costa dimos con el faro del pueblo. Pero lo más impresionante es que detrás del faro (la noche anterior escuchábamos como llantos de niños o gritos) había una colonia de unos 250 lobos marinos, ¡eran ellos los que gritaban por la noche! Era una imagen muy bonita el ver esos animales tan de cerca, hasta nos subimos encima de ellos y nos llevaban de paseo. Eso no, es coña, lo que pasa es que esta entrada es larguísima.


Faro de Cabo Polobnio y visita



Las playas desiertas de Cabo Polonio



Vista panorámica de Cabo Polonio desde su faro

Total que estuvimos tres días, nos encantó, hicimos buena onda con Lucas y Azilis (que tocaba el acordeón) y lo pasamos muy bien. Una noche nos llovió pero no nos mojamos. Otro día hicimos arroz con verdura los cuatro y bebimos mate con la dueña de la posada a todas horas y a mansalva. Cabo Polonio nos encantó por su tranquilidad, ambiente hippie y relajado y por que ha sido el lugar donde hemos tenido la sensación de estar realmente aislados de la civilización.


Foto: Aziliz, Sara y Lucas

       

 Bueno blogueros, un saludo y disculpad la brevedad de esta entrada.