sábado, 14 de mayo de 2011

Mexico III: Bacalar

Nuestro siguiente destino era la Laguna de Bacalar. Un lugar del cual casi ni se tiene constancia a no ser que seas de allí. Pero nosotros hablando con los chicos de Cancún, (Alejandro y Paco) y con David y Ángeles que también habían oído hablar del lugar decidimos ir a conocer dicha laguna. Así que los cuatro nos despedimos de Tulum y nos dirigimos hacia allí.

Después de un par de horas de bus y otra en coche con dos mexicanos que se ofrecieron a llevarnos (a los cuatro en su ranchera), llegamos a Bacalar. El lugar no parecía lo que nos habían contado ya que paramos en la carretera general del pueblo y solo se veía casas y la gasolinera donde nos dejó el bus.Lo bueno fue cuando preguntamos a una señora que iba en su monovolumen por la laguna y si había algún lugar donde pasar la noche en tienda de campaña. La mujer muy amable nos invitó a subir a su coche y nos llevó primero a conocer el pueblo, otro cenote y después se paró en un lugar donde ya se observaba la laguna.

viajando a la Laguna

nuestro rinconcito
El lugar era una pequeña finca de césped con un chambao donde vivía un matrimonio el cual conocían a la señora. Por un precio muy razonable nos quedamos allí, pero…lo más espectacular fue cuando nos íbamos acercando a la orilla y se podía ver un agua transparente y si mirabas progresivamente para el fondo se podían distinguir varios tonos de azules.

No lo hemos dicho pero a la Laguna de Bacalar se la conoce como a la de los siete colores. Damos fe de ello. Y allí plantados entre tres palmeras con nuestras tiendas acompañados de David y Ángeles pasamos tres días (dos noches). Cocinando con leña y preparando algún cenote que otro.


PD: Algunas fotos son "robadas" a David y Ángeles.








Fue la mejor despedida que se podía tener de México junto a esta nueva pareja que conocimos, encantadores. Volveríamos a repetir sin duda.



panorámica de lo que veíamos todas las mañanas

Nuestra laguna privada

El gran Cenote azul de Bacalar


Nuestra furgo en Bacalar, México




Foto derecha: Dejando México en el Aeropuerto....



Viva México cabrones!!! Y que viva Zapata!!!

Nos vemos por Oceanía ya pronto.

martes, 10 de mayo de 2011

Mexico II: Llegamos a Riviera Maya


Cuando escuchamos hablar de Riviera Maya normalmente pensamos en Cancún y como no en los hoteles resorts. Es cierto que uno de los principales atractivos de Cancún son sus resorts de lujo, pero también hay vida y una gran ciudad fuera de ellos.


Llegamos a Cancún donde Alejandro nos esperaba. Hacía calor, o mejor dicho, hacia una temperatura estupenda pensando que en Barcelona para esas fechas, es decir, finales de febrero se estaban pelando de frio. Encontramos una ciudad grandiosa y a una gente muy agradable. La vida que hay fuera de los resorts, inclusive a nosotros nos sorprendió. Hay un ambiente de playa continuo, pero también hay barrios periféricos de trabajadores que no se dedican al turismo como en cualquier otra ciudad. Alejandro nos recibió con los brazos abiertos. A pesar de hacer poco que vivía en Cancún disfrutaba de la ciudad al máximo. Alejandro vive con Paco, otra persona y amigo que acostumbra a recibir a viajeros en su casa y además disfruta con ello. Disfrutamos de las charlas, de compartir música, de hablar de Barcelona y de comer tacos y tortas con Alejandro y Paco. Como siempre, llegamos entre semana, así que no les podíamos robar mucho tiempo, pero aún así, nos ayudaron muchísimo en conocer la cultura mexicana y a saber los mejores lugares de Riviera Maya que luego visitaríamos.


Nosotros con Alejandro (izq) y Paco (centro)
Playas de Cancún
Todo el mundo debe ir al menos una vez en su vida a Riviera Maya. Hay que saber que hay turismo alternativo en estas zonas y dejar de banda los estereotipos de grandes hoteles de lujo ya que pudimos comprobar que de alguna manera los resorts “meten un poco de miedo” a los turistas para que nos se aventuren por ellos mismos. Nosotros, en cambio, solamente nos movíamos con transporte público. Es cierto que para ir a la playa en Cancún se debe ir a la zona hotelera pero fue tan simple como coger un bus y pararnos en una zona recomendada (el mirador). En la playa estábamos con la gente de los hoteles, pero el agua azul estaba increíble y disfrutamos más de lo que pensábamos a pesar del vaivén del agua.

Isla Mujeres es otro destino increíble en Cancún. No por la isla en sí, sino porque allí vimos por primera vez lo que eran las aguas más transparentes que nunca habíamos visto y todo lo que puedes hacer en la isla era diferente para nosotros. Para llegar a Isla Mujeres se llega en ferry. La terminal marítima no es muy segura, y menos de noche, pero con cuidado llegas a todos sitios. Por supuesto siempre te intentan vender paquetes turísticos, pero como es normal en nosotros preferimos hacerlo por libre. Hay que ir preparado para ver que en tu billete de ferry pone por la ida 70 pesos mexicanos (4,20€) y en el billete de los locales pone 5 o 15 pesos, pero esto es lo que tiene ser turista en México!


Dentro de Isla Mujeres puedes alquilar buggies, motos,… o ir en microbús. Pero primero de todo queríamos ver las famosas playas, así que fuimos a una de las mejores: La playa del Norte. Cuando llegamos allí quedamos alucinados. Las aguas transparentes, tranquilas y limpias. Eso era el paraíso! Nos encantó, pero el sol picaba demasiado como para quedarnos todo el día tirados en la arena blanca y los ferris acababan pronto de trabajar, así que fuimos hacia el tortuguero, un sitio recomendado. La entrada al tortuguero nos costó 30 pesos (1,8 €), pero valió más que la pena. Este centro se ocupa de la recuperación de las tortugas así que vimos diferentes clases de tortugas enormes y de diferentes tamaños, caballitos de mar, mantas,… lo bueno fue que nos hicimos amigos de uno de los cuidadores y nos sacó a las tortugas para que las cogiéramos. La verdad es que fue una experiencia diferente y encantadora.



Félix sigue viajando: En Isla Mujeres, Riviera Maya


Nuestros días en Cancún acababan y nos teníamos que despedir de Alejandro y de Paco, pero no sin antes probar su tequila mexicano reservado para las visitas. La verdad es que disfrutamos mucho con ellos pero nos habíamos marcado algunos destinos más en Riviera Maya y uno de ellos era Playa del Carmen.


Mucha gente habla maravillas de Playa del Carmen, pero para nosotros fue una mezcla de Lloret de Mar con Puerto Banús. Turismo de clase alta, sobretodo europeo y mucho argentino. La gente bien vestida por las noches para ir a cenar a algunos de los estupendos, caros y maravillosos restaurantes situados en la calle principal llamada la 5ª Avenida. Una calle llena de tiendas de souvenirs, recuerdos, masajes y locales de ocio. Nosotros no vimos la playa tan bonita como habíamos visto las de Cancún y la verdad es que disfrutábamos más yendo dos calles más atrás, donde estaba nuestro hostel, para cenar en una taquería de barrio por la decima parte de lo que costaba en la calle principal y vestidos con los pantalones bombachos y el bañador, si nos apetecía. Simplemente diferentes tipos de turismo.

...los artistas con el tequila

Lo cierto es que Playa del Carmen nos sirvió para ubicar donde está la fiesta en Riviera Maya y ver otra cara de México. También se pueden hacer excursiones interesantes desde Playa del Carmen como la que hicimos nosotros a Akumal, una localidad a unos 20 minutos en bus con una playa también muy bonita donde puedes nadar entre tortugas haciendo snorkel si contratas el transporte hasta el arrecife controlado en donde se encuentran. Por supuesto, nosotros disfrutamos solamente de la playa ya que no veníamos preparados para nada más. Dejamos Playa del Carmen y nos fuimos a Tulum. Los transportes en Yucatán están realmente bien. No son caros y se encuentran diferentes precios dependiendo de las comodidades que se requieran.

Paseando por Riviera Maya y después de haber salido de la movida y fiestera Playa del Carmen, llegamos a Tulum. Tulum es una localidad tranquila con una calle principal sin demasiado movimiento y una Riviera de playas franqueadas por los pequeños hotelitos. Pero sin duda, la estrella de Tulum son sus ruinas.


Llegamos a Tulum y todo nos parecía más caro de lo que habíamos encontrado, así que después de mucho meditar nos fuimos a un hostel un poco alejado del centro pero que ofrecían bicicletas incluidas, desayuno y estaban cerca de las ruinas. Disfrutar de Tulum en bicicleta no tiene precio. Parecíamos verano azul pedaleando con el sol a nuestras espaldas y yendo y viniendo a la playa. Tenemos que decir que el hostel tenía uno de los mejores desayunos que habíamos probado en todo el viaje, pero sin duda, lo que mejor nos ofreció este sitio fue conocer a David y Ángeles. Ellos son una pareja formada por un vasco que habla catalán y una argentina que estaban viajando por Centroamérica por casi siete meses y con los que compartíamos muchas cosas a nivel de inquietudes y de formas de viajar.
Las ruinas de Tulum

Dejamos a David y Ángeles para visitar las ruinas y quedamos encantados. A pesar de que dicen que Chichen Itzá son una de las ruinas más importantes de México, las de Tulum no tienen nada que envidiar. Su ubicación en una colina mirando al mar para controlar la llegada de los invasores españoles y su conservación son excelentes. La playa de arena blanca que tiene a los pies y en la cual te puedes bañar cuando las visitas ya vale el precio de la entrada.





A nuestro parecer Tulum tiene las playas más bonitas de lo que habíamos visto en Riviera Maya. Estábamos en otro paraíso de arena blanca y aguas de diferentes azules diferente al que habíamos visto en Isla Mujeres. A parte de las playas teníamos muchas ganas de visitar un cenote. Que nadie haga la broma fácil de que era una cena enorme eh, David. Todo esto lo disfrutamos con David y Ángeles con los que estuvimos tres días de playa por Tulum. Ellos nos dejaron un equipo de snorkel para ir a visitar un cenote mientras ellos iban a otro pero para hacer submarinismo, ya que son bastante expertos en el tema.


Nadando en los cenotes de Tulum

Disfrutrando y viajando con David y Ángeles


Morenitos en las extraordinarias arenas de Tulum

Proximo destino: Bacalar, el paraíso perdido de Riviera Maya