sábado, 29 de octubre de 2011

Camboya I: La capital del pais (02/09/2011)

Phom Phen es la capital de Camboya y la verdad que era una gran desconocida para nosotros. No sabíamos qué nos íbamos a encontrar aunque tuviésemos alguna referencia de otros viajeros y de la guía con la que no siempre estamos de acuerdo con las opiniones y sensaciones que transmite. Aunque de esta ciudad curiosamente dice que es la capital con mas encanto de este ‘’triángulo’’ que visitaremos, (Vietnam, Camboya y Laos). Personalmente le damos la razón.

Pues si. De seguida vimos una ciudad quizás del perfil asiático; muchísimas motos, coches, vehículos ‘’inventados’’ a cual más original, comida callejera, ritmo laboral tranquilo…pero también llena de contrastes. Nos acercábamos subidos en un ‘’tuc-tuc’’ hacia la ribera del rio, lugar que escogimos para alojarnos. El trayecto nos costó 1$ (4000 Riels). Si, en Camboya aceptan $ y aunque la moneda oficial sea el ‘’Riel’’, el $ estadounidense parece la oficial del país. Así que el viajero se encontrará en la mayoría de lugares con la opción de pagar con ambas. Hay que decir que siempre que se paga en $ la vuelta será en Riels por lo que no es imprescindible ir a ninguna casa de cambio.

Nos alojamos en un hotel sencillo, como ya hemos dicho cerca de la ribera (6$ por noche) con todo lo básico, suficiente. Es un barrio con antiguas construcciones estilo francés la mayoría de ellas en estado decadente pero que mantienen el encanto de lo que un día fue una antigua colonia ‘’gavacha’’.



Phom Phen ofrece bastantes actividades para realizar. Visitar un templo (Wat Phom) en el punto más alto de la ciudad, visitar varios mercados, el central (muy completo), algunos nocturnos y visitar algún que otro palacio de construcciones espectaculares como por ejemplo (el Palacio Real) . Nosotros hicimos todo esto pero sin duda con lo que nos quedamos es con los paseos por las calles y por la ribera llena de gente local haciendo actividades físicas como baile, bádminton ,fútbol…sin duda en Phnom Phen no te aburres.


Y en la ribera pasamos unos de los momentos más divertidos ya que paseando escuchamos nuestros nombres. Era Ibo (Turquia) y Oliver (Dinamarca), dos chicos con los que coincidimos en la barca de entrada al país y con los que hicimos muy buen feeling. Ibo es de nuestra edad, calmado y que habla perfecto español entre otros idiomas y Oliver es todo lo contrario, un chico de 22 años lleno de energía, con el que nos comunicamos en inglés. Eran la cara y la cruz, muy divertido todo. Estuvimos tomando algunas cervezas durante un buen rato. Ambos estarán viajando también durante un largo tiempo.

Palacio Real
Como decíamos Phom phen está llena de contrastes. En los cuatro días que pasamos aquí pudimos observar el nivel de vida al igual que las costumbres de esta ciudad. El lado bueno es que esta capital transmite mucha tranquilidad, sus habitantes son acogedores y sobre todo sonrientes. Hablando con la gente nos comentaban que ahora están en un buen momento económico cosa que pudimos observar al ver bastantes vehículos de gama alta acompañados de gente adinerada, cerca siempre de los edificios más turísticos y restaurantes lujosos.


La cara mala y triste es que poco a poco los precios son más altos y en consecuencia la pobreza va en aumento cosa que detectamos de seguida al pasear por la ribera de noche donde mendiga gente ‘’sin hogar’’. Pero si a todo esto le sumamos la corrupción política que padece el país pues la cosa empeora. El débil lamentablemente cada día tendrá más trabas para conseguir un bienestar económico. Hay que decir que Camboya pasó por una terrible dictadura desde 1975 que luego se transformó en guerra civil en la década de los ochenta hasta el año 1991. Phom Phen entre otros lugares fue saqueada y casi dos millones de personas fueron asesinadas a manos del dictador ‘’Pol Pot’’. A pesar de esta cruel época es de admirar con la entereza que sus habitantes remontan todo tipo de adversidades ya que este país es de los más pobres del sureste asiático y como ya hemos dicho sigue siendo castigado por la corrupción de sus mandatarios.

Fotos: Mercado central y vigilantes

Así que después de disfrutar cuatro días en Phnom Phen nuestro siguiente destino sería el sur donde visitaríamos la costa camboyana. Hasta entonces blogueros.

Fotos: vida en la capital y calle de Phnom Phen

lunes, 24 de octubre de 2011

Vietnam III: Centro y Delta del Mekong

Salíamos del norte para dirigirnos al centro del país. Realmente decidir dónde ir en Vietnam es relativamente sencillo ya que no hay mucho donde elegir. Vietnam tiene una forma geográfica con gran parte del territorio en el norte y en el sur, unidos por una estrecha franja de tierra que hace frontera con Laos y el Mar de la China Meridional. Además los transportes están muy monopolizados por lo que los viajeros recorremos prácticamente los mismos lugares, como comentamos en la entrada anterior.


Desde Hanói tomamos un bus local hasta Ninh Bihn, una localidad que habíamos leído que parecía agradable y en la que se podían ver formaciones similares a Halong y alguna cueva. Ninh Bihn es un lugar agradable para pasear, comer en la calle y visitar su mercado de fruta. La primera idea de alquilar bicicletas y visitar algún lugar se desvaneció en el aire cuando decidimos pasar la mañana en el mercado local, entre risas con los locales, entre fideos, entre preguntas y curiosidad por nosotros. Necesitábamos este “chute” de amabilidad vietnamita por lo que disfrutamos muchísimo, aparte de reírnos con los locales. Queríamos seguir bajando y nuestro próximo destino era Hoi An.

Con nuestros billetes de “open bus” viajamos a Hoi An. Cuando llegamos allí nos pareció un lugar encantador. Su casco antiguo nos recordaba a China, con sus puentes típicos y los farolillos de colores encendidos por la noche mientras las mujeres nos intentaban vender velas para ofrendar al rio. Casualmente coincidimos con una celebración por lo que había muchísima gente en sus calles empedradas durante la noche. Cientos de puestos callejeros con artesanía y farolillos ocupaban las calles del centro y realmente fue precioso estar allí paseando por la ribera del rio. Hoi An tiene un casco antiguo amurallado en el cual se debe pagar para acceder, sin embargo por las noches las puertas están abiertas y aunque la actividad comercial ya ha cesado se pueden admirar las casas antiguas de maderas típicas vietnamitas.

Noches en Hoi An

Esta ciudad, la cual es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, también es típica por su ropa y artículos hechos a mano. Por fin veíamos ropa de nuestro gusto en Vietnam. Pantalones Thai, chaquetas de paño hechas a mano, chaquetones (por 35€!), zapatillas de deportes hechas en 1h, artículos de cuero, …. Y toda la artesanía que uno se pudiera imaginar. Para ello hay que decir que Hoi An es sumamente turístico, pero sus restaurantes son preciosos a la luz de las velas y existen alternativas interesantes. Buscando estas alternativas alquilamos bicicletas. Ya que era un lugar de playa queríamos investigar. No nos bañamos y preferíamos continuar un poco más a las afueras.



Con las bicicletas nos metimos en barriadas de verdad. La gente nos saludaba y se asomaba para vernos, unos niños se escondían de nosotros mientras otros nos decían el típico “Sinxao” (hola) con una sonrisa de oreja a oreja. La gente se extrañaba de que cuatro extranjeros como nosotros estuviéramos allí pero nosotros nos parábamos a saludar y a hacer fotos por cualquier lado. Llegamos a un pequeño embarcadero y ver como la gente hacia su vida normal para nosotros ya era emocionante. Nos paramos a beber caña de azúcar y a retomar fuerzas mientras regalábamos globos a los niños, y cada vez aparecían más niños de la nada. Nosotros cuatro disfrutamos más que ellos.

Al día siguiente nos habíamos propuesto ir a la montaña de mármol. Por lo que alquilamos motos. Repetíamos la experiencia de alquilar motocicletas y conducir por Vietnam. Llegamos a una montaña que suponemos había servido (y seguramente alguna zona todavía sirve) de cantera de mármol. Los pies de la montaña está llena de escultores que crean budas, leones, tigres e infinidad de figuras de este material con una habilidad que se nota que viene de familia. Entramos a la montaña (entrada 30.000 dongs por persona) por unas escaleras de pendiente considerable que juntamente con el calor y la humedad nos lo ponía difícil. En la montaña se pueden visitar varias grutas y pagodas. También hay templos budistas y alguna estatua de Buda, sin embargo las construcciones son recientes por lo que no tiene historia ni tampoco demasiado interés, a nuestro parecer. Quizá lo que más nos gustó fue acceder por un paso entre las rocas, desde una de las grutas, a un mirador desde donde pudimos observar todo el mar ante nosotros y respirar aire fresco para tomar fuerza y bajar por el resbaladizo camino de piedras.

Se acababa nuestra visita a Hoi An y al día siguiente tomábamos el bus a una ciudad de playa, Nha Trang. Nos sentamos a cenar y¿ a que no sabéis a quien vimos? A Sergi y Pere, la pareja de chicos catalanes que habíamos conocido en el barco en Bahía de Halong. Nos hizo muchísima ilusión, estuvimos compartiendo una cerveza vietnamita y nos pasamos los correos. Ellos marchaban a Camboya al día siguiente y nuestros caminos se separaban, pero desde aquí decirles que fue un placer conocerlos.

Nuevamente mochila al hombro nos subimos en un bus viejo, sin baño y con camas más estrechas y cortas de lo normal. Las mujeres no tendrían muchos problemas para acoplarse en las “camas” durante el trayecto de 13h pero y los hombres grandes (como Roger!)? Total después de decirnos cuatro palabras con los conductores, de gritarnos, de decirnos “que si nos gustaba nos fuéramos andando” y de ser lo peor en conducta que habíamos visto, pasamos un trayecto de 13h lo mas movido, casi sin dormir y con gente durmiendo en el pasillo sin ninguna seguridad en caso de accidente por el calor, llegamos a Nha Trang.

Sin quererlo dimos con un hotel excelente. Una habitación de 4 personas con todas las comodidades y nuevo (a.a, baño, nevera, limpio, TV cable,…), con un gran ventanal, por 12 USD. Dejamos las cosas a las 6 de la mañana y nos fuimos a la playa. Una agua excelente, tranquila, solitaria y muy limpia. Reconfortante para esas horas y poder echar después una siesta. Pensábamos que nuestros días en Vietnam a partir de ahora se iban a basar en eso, en tranquilidad. Por lo que fuimos a reservar asiento para el autobús porque al día siguiente a la tarde nos íbamos camino a Ho Chi Minh ya que a Sonia y a Roger se les acababan los días. Después de explicar nuestra experiencia en la agencia de Brother’s Café pedirles amablemente que nos dieran un buen bus y jurarnos que así seria nos fuimos tranquilos. Esos dos días en Nha Trang disfrutamos de la playa, de no hacer nada y descubrimos los cafés con leche!! Habíamos visto que en el sureste asiático utilizan mucha leche condensada, pero en una escapada del Roger nos explica que le han puesto un café vietnamita con leche condensada y hielo. Así que los cuatro allá fuimos. Excelente y un vicio. De hecho estos cafés nos están acompañando a nosotros por todos los países vecinos a Vietnam nos encantan!.

mmmmm que bueno el café con leche de Ninh Bihn

Pues lo dicho, tres horas antes de marcharnos en el autobús camino a Ho Chi Minh nos dicen del hotel que han llamado de la agencia de autobuses y que nos cambian el bus a uno más pequeño. Se nos encendió la sangre y fuimos los 4 para allá. Vamos a resumir porque no es agradable recordar. Pero básicamente estuvimos 2h de reloj allí parados en la agencia pidiéndoles que nos devolvieran nuestro dinero, ya que ese autobús no era lo que habíamos pagado, sin seguridad alguna y diciéndonos de casi de todo. Ellos nos ignoraban, llamaron a “ayuda externa” por si las cosas se ponían feas, nos sentíamos engañados y estafados. Pero finalmente nos devolvieron nuestro dinero (algo menos, pero era suficiente). Con esta experiencia nos juramos que no nos marcaría nuestra visita a Vietnam, que era un caso aislado y que nos quedaríamos con lo bueno de Vietnam y de nuestros días aquí. Así que a última hora compramos los últimos 4 asientos en un bus a Ho Chi Minh con otra compañía (Hanh Café) y nos marchamos. La conclusión de todo esto es que NADIE compre con Camel Travel o Brother’s Café porque son estafadores. Habíamos pagado algo que no era lo que nos daban. En el hotel nos dijeron que habíamos tenido mucha suerte y que no era habitual que devolvieran el dinero, pero que esto pasaba con mucha frecuencia y que hasta habían visto que la gente de estas agencias llegaban a las manos con los extranjeros.

El trayecto con Hanh Café fue excelente, buen servicio, autobús y personal. El problema de estas cosas es que los extranjeros vamos con los días justos, necesitamos viajar en estas fechas y no denunciamos, por lo que las agencias inmorales se nutren de esto. Pero estábamos en Ho Chi Minh, para nosotros un entorno que ya conocíamos porque habíamos estado antes, pero para Sonia y Roger era nuevo. Además el carácter de la gente en el sur es mucho más afable y encantador que en el norte. Disfrutamos de los juegos a pelota y del aerobic en el parque de la zona, y localizamos los cafés con leches más baratos de Vietnam. Éramos felices!!!

Todo el mundo sabe que Vietnam tiene una triste historia de guerra y muy reciente (alrededor de 1960 hasta el 74). Vietnam del norte se enfrentó con Vietnam del Sur y estalló la guerra. En un momento estratégico USA intervino y se alió con el sur en donde la actividad bélica era más fuerte para luchar contra el bando norte, liderado por Ho Chi Minh. De esta forma nace la famosa guerra entre Vietnam y USA. Existen muchos ejemplos de este momento de la historia, no hace falta entrar a un museo para ver repercusiones, todavía hoy día y lamentablemente, en Vietnam (sobretodo en el sur) hay mucha gente con deformaciones, falta de extremidades o deficiencias mentales y físicas.

Un ejemplo bien conservado de la guerra son los túneles de Cu Chi. Esta zona está situada 30Km de Saigón (Ho Chi Minh) y fue una zona estratégica para la guerra. Los túneles de Cu Chi son casi 250 km de túneles construidos durante 10 años y diseñados en tres niveles en donde la gente vivía, había hospitales, comedores, escuelas y miles de trampas para evitar que los americanos llegaran hasta la población vietnamita. La idea de estos túneles, aparte de defenderse de los americanos y de protegerse, era llegar a Saigón desde la frontera Camboyana. Llegar a Cu Chi es posible en transporte público, un poco engorroso, pero posible, por lo que no es necesario contratar ningún tour turístico. Llegamos allí después de comer por lo que prácticamente estábamos solos. Pagamos la entrada de 80.000 dongs por persona y nos juntamos con una pareja mejicana y tres Hongkoneses con los que realizamos la visita. Visualizamos un video en blanco y negro que explicaba un poco la historia, y con imágenes reales de la época. Un guía muy agradable nos explicó en un perfecto inglés la distribución de los túneles. Ver la maqueta impresiona ya que el sistema de ventilación y para cocinar estaba perfectamente pensado para que los humos no atrajeran a los americanos. Además el sistema de depuración de aguas y de trampas es tan avanzado que nos quedamos sorprendidos.


En el recinto se ven muestras del material bélico que se utilizó en la guerra: armamento, munición, bombas,… y muchas fotografías. Caminamos por el bosque sin salir del camino marcado y cuando paramos el guía nos dice que aquí mismo está la entrada principal de los túneles. Nosotros incrédulos nos miramos y de repente separa unas hojas del suelo y aparece una trampilla. Aquello parecía increíble. ¿Por aquí cabe una persona? De hecho jugaban con la ventaja de que los vietnamitas eran mucho más pequeños y delgados que los americanos, por lo que a estos, si llegaban a encontrar alguna entrada, les era muy difícil o imposible entrar. Nosotros los primeros nos metimos a probar. El olor a humedad e imaginarte que gente entraba por allí es una sensación especial. Seguimos andando y el guía nos muestra una especie de hormiguero y nos dice que esto es una entrada de aire. Totalmente camuflado al igual que un montículo de tierra que realmente son mirillas desde donde los vietnamitas disparaban a las piernas de los americanos. Estos desorientados por no saber de dónde venían los ataques huían o simplemente eran retirados del campo de batalla. Hay que pensar que apenas había vegetación en esta zona ya que los bombardeos y gases químicos arrasaron las zonas de Cu Chi como estrategia militar y destructiva, pero la capacidad de supervivencia y lucha es digna de admiración.

También pudimos visitar los túneles (60 metros recorridos a cuclillas), entrar en donde ellos entraban y ver las zonas en donde operaban a los soldados, comían y vivían. Pensar que había 250Km de estos túneles parece increíble. Dentro de los túneles la temperatura y la altura es buena para vivir, pero caminar por allí y huir en caso de emergencia resulta agobiante. En fin, toda una obra de arquitectura bajo tierra impresionante en la cual si llegaba a meterse un americano contaban que se volvía loco por los túneles o que acababa muerto en alguna de las horrorosas trampas que los vietnamitas habían ingeniado.

Parte de la historia de la guerra queda reflejada en el museo de la guerra de Saigón (HCHM). La visita a este museo es recomendable, pero hay que tener estomago. La sensación a la salida podríamos definirla como de profunda tristeza y más aún cuando ves a gente que estuvo o son descendientes de esta gente que estuvo en la guerra que te esperan en la salida con deformaciones. El museo es una muestra de las atrocidades de la guerra. Fotografías muy duras, ejemplos de materiales utilizados en la guerra, propaganda de los países del mundo a favor de Vietnam en el conflicto armado y repercusiones actuales en la población debido a los agentes químicos utilizados durante la batalla. Con esta lección de historia nos despedíamos de Ho Chi Minh (Saigón). Roger y Sonia se marchaban a Barcelona y nosotros nos quedábamos nuevamente solos. Sus vacaciones se habían acabado y cuando nos despedimos en el aeropuerto volvimos a tener la sensación de que estábamos solos. Nuestro corazón se encogió y nuevamente despedíamos a amigos mientras nosotros seguíamos paseando por el mundo.


Una visita al delta del Mekong es imprescindible para todas las personas que vengan a Vietnam. El rio que visita muchos de los países del sureste asiático desemboca aquí y aunque sea para visitarlo hay que hacerlo. Paramos en varios lugares del Mekong como Ben Tre, May Tho y Vinh Long. Todos los tours por el Mekong los consideramos extremadamente turísticos y desorbitados en precio. Además el Mekong es básicamente un gran rio de color turbio donde los vietnamitas hacen sus vidas (y todo lo que esto conlleva de suciedad). No es de extrañar que existan aquí los peces más grandes que hayamos visto (creemos que mutan de alguna forma) y es una fuente de vida inacabable, ya que el Mekong da de comer a miles de personas y no para de dar y dar.


Habíamos visitado algunos lugares del Mekong pero nos decían que no nos podíamos perder el mercado flotante de Can Tho. ¿Cómo vamos? La gente que nos lea sabrá que odiamos los “tours organizados” y si algo hemos aprendido es que hay alternativas para casi todo. Así que a las 5.30 de la mañana descubrimos que había buses locales que iban hasta el mercado. Caminamos 15 minutos preguntando a los locales y cuando llegamos al rio negociamos con una señora para que nos llevara en su barca durante 1h por el mercado (100 dongs) . Es un mercado al por mayor en donde la gente va a comprar las verduras que después vende en los mercados. Hay que decir que no hay mucha afluencia de barcas ni vale demasiado la pena, incluso el trayecto en 30 min está hecho, pero es curioso. Los mayoristas llevan en un largo mástil el producto que venden como modo de muestra y así las barcas se acercan. Es decir que disfrutamos más en tierra, en el mercado contiguo en donde vimos por primera vez serpientes vivas, que en el flotante.
 
Mercado flotante de Can Tho


 
Para acabar nuestro trayecto fuimos a Chau Doc. Aquí decidimos que acabaríamos nuestros días en Vietnam. Teníamos un vuelo previsto a Singapur para enlazar con Sri Lanka, pero como los planes cambian tanto, decidimos perder estos vuelos. Las fronteras en este triangulo: Vietnam, Laos, Camboya, están tan cercanas que nos salía más a cuenta ir por tierra a Camboya. Así que en caliente, contratamos un trayecto (10USD por persona) para cruzar la frontera de Vietnam- Camboya. Subimos tres horas en barca por el Mekong hasta llegar a Camboya en donde hicimos la VISA (20USD), navegamos 1h más por el Mekong para más tarde llegar al cabo tres horas más en furgoneta a Nhom Phen, capital de Camboy






miércoles, 19 de octubre de 2011

Vietnam II norte: Sapa y Halong.

Como decíamos queríamos salir de Hanói e ir para al norte, dirección Sapa. Fuimos en tren pero primero contaremos nuestra experiencia en la estación de trenes de Hanói.


Llegamos los cuatro a la estación de trenes de Hanói. Cogemos número como se hace en la carnicería y esperamos un poco. Nos vamos dando cuenta de que la gente llega, pasa de todo, se coloca detrás de los mostradores y ni esperan su turno. Así como nos aconsejaron antes de hacer este viaje los amigos del trabajo…allá donde fueres haz lo que vieres. Pues sí, esperamos a que acabara una mujer para colarnos y preguntar por los billetes. La mujer que nos atendió chapurreaba algo de inglés y sin mirar ordenador ni nada nos dijo que el destino que queríamos estaba ‘’full’’ y que hasta al menos tres semana seguiría igual, ¡qué extraño! Que mejor que nos dirigiésemos a la última ventanilla.


Allí fuimos y resulta que en la última ventanilla solo vendían billetes para extranjeros al triple del precio por el billete que nosotros habíamos preguntado a la mujer ‘’mentirosilla’’. Así que no le hicimos mucho caso y volvimos a preguntar a otra ventanilla para ver si la próxima persona que nos atendía quería vendernos un billete normal donde poder viajar como lo hacen los vietnamitas y así fue. De repente sí que había billete de tren, el mismo por el que preguntamos a la primera mujer. Lo compramos y se lo enseñamos a la primera mujer que nos negó esa compra pegándolo contra el cristal de la ventanilla por si no le quedaba clara nuestra indignación. Lógicamente de inmediato fuimos a quejarnos a la oficina de las estación de lo que nos había pasado y a decirles que eso no era nada bueno para ellos ni para el turismo. Y es que si uno quiere un billete mejor ya lo comprará, que no le obliguen a hacerlo habiendo además opciones más baratas y en condiciones bastante buenas ya que el vagón donde fuimos era bastante recomendable para un viaje nocturno de doce horas.

Como decíamos llegamos a Lao Cai después de dormir poco pero bien y casi sin dejarnos salir del tren nos asaltó gente para que fuéramos en su minibús hasta Sapa. Lao Cai es punto estratégico para ir a este pueblo. Antes de ir en minibús queríamos ver otra opción ya que por el viaje de apenas 45 min. nos pedían 40 Dongs por persona. La verdad que no te dejan otra opción, aquello estaba atestado de furgonetas cazaturistas  y con bastante resignación pasamos por el aro. Quizá 40 dongs no sea nada al cambio, pero realmente no es lo que paga la gente local para ir hasta esa localidad. El precio de ese trayecto cuesta unos 5-10 Dongs en un bus público y claro allí nadie te ayudaba al respecto.
Bueno nos dirigimos a Sapa. Este territorio está al norte de Vietnam y está enclavado entre montañas y terrazas de arroz, ya el camino hasta llegar allí es muy bonito. Cuando nos vamos acercando a nuestra parada nos quedamos un poco asombrados de lo que vemos. No éramos la única furgoneta que había allí y vimos como cuando la gente nos empezábamos a bajar éramos recibidos por unas quince o veinte niñas y mujeres con vestimenta étnica de las montañas del norte llevando una cesta en la espalda y ofreciéndote las artesanías que hacen ellas, eso sí, en inglés, francés o español, dominaban todos los idiomas. ‘’bueno, bonito, barato’’ y demás frases. Todas muy majas y simpáticas. Lo típico que te encuentras cuando visitas un lugar turístico. Por lo que la estampa de cada día era un turista rodeado de cinco niñas con la intención de que visites sus aldeas y les compres artesanía. Algo muy comprensible si te pones en el lugar de esta gente.
Fotos: Etnias minoritarias del norte de Vietnam. Derecha: habitaci

No sabíamos que aquello estaba tan ‘’viciado’’ por el turismo. Y es que la única calle donde había hostales para dormir estaba llena de bares para gusto y disfrute del turista occidental.
Después de mirar en un par de sitios Roger, Sonia y nosotros optamos por un hotel bastante ‘’apañado’’, (16$ por pers.) habitación de dos camas matrimoniales con nuestra pequeña galería con vistas a la calle principal para contemplar todo el movimiento turístico y étnico que nos servía para reflexionar sobre lo que estábamos presenciando. Esa misma tarde nos alejamos del pueblo y visitamos una pequeña aldea y alrededores mas una cascada, allí pudimos ver un poco mejor la realidad de este territorio. Por la noche fuimos a cenar fuera de la calle principal para degustar algo típico de la zona. Creo que fueron los mejores noodles ‘’fideos’’ fritos que comimos en todo Vietnam.



Fotos: Vida rural en Sapa
  
 El segundo día fue el mejor. Alquilamos unas motos y recorrimos dirección norte una carretera que te lleva por todo un sinfín de terrazas y montañas y por las que a los lados vas dejando casas de paja de las diferentes etnias que las habitan. Visitamos algún pueblecito para ver la artesanía con calma y sin presiones. Hay que decir que en este lugar la gente es mucho más humilde y el cultivo de arroz y demás productos de la tierra es el sustento de estas comunidades. El paisaje y el trayecto con la mejor compañía que podíamos tener será recordado por mucho tiempo. Por cierto hemos de decir que en el mercado de Sapa vimos el primer perro troceado y creemos que a la brasa. Ummm!!! Estaba buenísimo!!! No, no lo probamos para tranquilidad de los nuestros.





Admirando las terrazas de arroz de Sapa



El siguiente destino era Bahía de Halong  y para eso debíamos llegar a Bai Chay, ciudad portuaria. Llegamos en bus vía Hanói después cuatro horas (100 Dongs por pers). Lo primero era saber qué nos ofrecían las agencias de turismo para hacer una travesía de dos noches y tres días por la bahía. Nuestra primera idea era supongo la de todo mochilero, pagar a algún hombre que tuviese su pequeño barco y que todo el dinero fuese íntegro para él y así evitar a cualquier comisionista. Toda esta idea romántico parece ser que ya ha pasado a la historia.

Todo el puerto está repleto de barcos y agencias turísticas. Está todo monopolizado por ellos para recibir la llamada del Sr.$. Recomendamos para todo aquel que quiera visitar la Bahía que pregunte en más de una agencia o representantes de ellas ya que el margen con el que trabajan es muy grande. Como decíamos te pueden triplicar el precio de las cosas de inicio como ya nos encontramos y si cuela, cuela. Hacer caso omiso si quiere ir al día siguiente de lo que te digan: ‘’ no, es que a las siete de la tarde cierran el cupo y ya mañana no podéis’’. Mentira. Nosotros lo contratamos a las once de la noche y si apuramos un poco hasta el mismo día lo puedes contratar.

Hay dos tipos de tour: tres días y dos noches (en donde una noche es en el barco y la otra en la isla de Cat Ba), o dos días una noche (durmiendo en el barco). Los precios son más competitivos si se compran desde Hanói con transporte incluido por lo que el primer tour debería estar entre 50-60$ por pers y el segundo por unos 35$. Todo esto con las comidas incluidas  (menos bebidas), entrada a unas cuevas, kayak, transporte y alojamiento. Nosotros optamos por la primera por la que pagamos 65$ por persona con regreso a Hanói incluido (pero comprado desde el pueblo de Halong).
La verdad es que la bahía ofrece un paisaje diferente a lo que puedes ver en Vietnam. Pero nosotros cuatro hemos tenido la suerte de estar antes en China y poder visitar el rio Li con sus colinas a los lados el cual nos recordaba bastante a estas formaciones por lo que no nos sorprendió pero no por eso fue menos impresionante. El paraje que ofrece la bahía vale la pena visitarlo y más si se tiene la suerte como nos ocurrió a nosotros de poder contemplar por la noche un cielo estrellado tumbado en la parte alta de un pequeño barco. Hemos de decir que en el barco éramos unas catorce personas en la segunda noche en la que todos éramos españoles, vascos y catalanes menos dos chicas inglesas, creemos. El primer barco sirvió para ir a la isla en la que no hay nada de especial. Pero lo bueno del primer barco fue que conocimos a Sergi y Pere, una pareja de catalanes con los que nos reímos mucho y con los que posteriormente coincidiríamos en otro pueblo.
Vistas de la Bahia
Así que la experiencia en Bahía de Halong tiene su cara y su cruz: la cara es que puedes disfrutar de un paisaje casi único para recordar y conocer a gente muy maja durante esos tres días y dos noches que pasas más la experiencia en el barco. La cruz, por experiencia personal y apoyada por más gente que ha visitado este lugar, es que la gente que lleva todo este negocio nos trata (al turista) de un modo muy interesado, en el que a veces no te ofrecen lo contratado, te engañan y el trato no es muy cordial. Quizá parece que seamos muy críticos y que lo hayamos pasado mal. Pero no es así. Es una pena que nos traten a veces de esta manera pero hay que dejar claro que casi siempre es la gente dedicada al turismo las cuales parecen estar obsesionadas por el repetido $. Así que lo mejor es alejarse de estas personas, ignorarlas e intentar disfrutar de la gente buena que hay en Vietnam, que por suerte también nos hemos encontrado.


Nosotros con Roger y Sonia en Bahia de Halong


Nuestra aventura continuaba y nuestra idea era bajar por el centro del país. Como veríamos más adelante, en Vietnam el transporte está muy monopolizado. Hasta el punto de que si te diriges a una estación local de autobuses te dicen “no existe transporte” y te derivan al bus turístico.  ¿Pero como viajan los locales? Existe un tipo de bus llamado “Open bus” (billete abierto) que recorre el país de arriba a abajo y para en los lugares más importantes (todos turísticos), según los puntos en los que se quiera parar es más caro o no. Se basa en un negocio comisionista ya que los buses paran en restaurantes y en hoteles que pagar comisiones para ello, de esta forma el billete es muy económico para el viajero (recorrer el país de arriba a  abajo puede costar unos 40USD). El viajero compra su billete y le dan unos “vales” para que cada vez que haga el viaje los entregue, solamente hay que reservar un día antes el asiento. Normalmente los viajes son de 12h así que son autobuses “sleeping bus” (autobuses cama).
Habíamos mirado hacer los trayectos en  tren, pero es tan caro en comparación con el “Open bus” que tuvimos que ceder. Hay que decir que los vietnamitas conducen a lo loco y utilizan demasiado el tercer carril imaginario que hay en todas las carreteras asiáticas, así que no nos daba mucha confianza, pero era lo que había. Compramos el billete y empezó nuestra aventura con el transporte vietnamita. Para quien quiera visitar este país haremos una recomendación sobre este billete. Existen muchas compañías que ofrecen este servicio. Dicen que las mejores son Sinh Café (pero cuidado que muchos son imitadores!) o Hanh Café (esta damos fe de que es buena porque la hemos utilizado), pero nosotros ante el desconocimiento nos dirigimos a una agencia que trabajaba con Camel Travel y compramos el billete. Por favor, que nadie compre con esta gente! Camel Travel están asociados con Brother’s Café y te ofrecen un bus bueno y nuevo solamente la primera vez desde Hanói (con las comodidades que muestran en la fotografía), después los autobuses son viejos, o te cambian de autobús a uno pequeño, los baños están rotos para viajes de 12h o cosas peores. En fin, ya veis que tuvimos problemas con ellos, además cada vez que íbamos a reservar los billetes el día antes nunca tenían sitios y esto no hay que creérselo, simplemente hay que insistir. Ya nos habían dicho que compráramos estos billetes sobre la marcha para evitar precisamente esto, pero por comodidad los compramos de golpe. Y para rematar siempre debes ir con la agencia que te ha vendido el pasaje, por lo que en Nha Trang ya estábamos cansados de que esta gente nos estafara y estalló la bomba.

Nuestra furgo en Bahia de Halong, Vietnam



Sin embargo, íbamos camino a Ninh Bihn, una localidad en la que esperábamos encontrar la amabilidad vietnamita de la que nos habían hablado. Nos vemos por el centro del país!