Peru I: la cultura Inca (20/1/2011)

Estamos otra vez de viaje! Perdonad por tardar tanto en colgar esta entrada.

Veníamos de Santiago de Chile y LAN (una de las mejores aerolíneas con la que hemos volado) nos llevó a Lima. Habíamos entrado a Perú y empezaba una aventura basada en el regateo. Nada más parar en el aeropuerto de Lima nos desconcertó donde estábamos ya que preguntando a información turística nos decía que no era posible salir del aeropuerto en bus para ir al centro. Era muy peligroso y los buses no llegaban allí. Incluso llegar a Miraflores, un barrio de bien donde acuden todos los turistas, era difícil llegar en bus. No nos lo podíamos creer, por lo que decidimos no creerlo y salimos a la calle para ver que tal.

Salimos ya avisados de que nos costaría tomar un bus y que si lo hacíamos valía 1,5 soles y que le diéramos los importes justos. Nuestra cara era de desconcierto, pero cuando las vans (furgonetillas pequeñas) nos decían que no nos querían subir y los taxistas te acosaban para que tomaras un taxi que valía 45 soles hasta Miraflores, empezamos a entenderlo. Después de pagar nuestro asiento y el de las mochilas y bajarnos de una de las vans porque nos pedía más dinero, llegamos a Miraflores a la hora y media. Nada más pisar Lima ya fue una aventura!! Llegamos al hostel HQ Villa, una antigua mansión, y nos pareció encantador. Tanto el personal como el lugar nos fascinaron y nos dio la paz que necesitábamos. Pero teníamos que continuar.

Gracias a las indicaciones que nos dieron los trabajadores del hostel, empezamos el viaje hacia el interior de Perú y nuestro primer destino fue Laguna Huacachina. Llegamos a Ica (por 35 soles) y cuando nos bajamos parecía que estábamos en India. Empezaron a salir mototaxis, como en India, y a pitarnos como locos (hay que saber que en Perú pitan por todo, incluso para decirte si quieres taxi, es la locura!!). Así que tomamos un mototaxi y en 10 min estábamos en Laguna Huacachina. Nos habían dicho que este lugar era especial, pero lo que nos encontramos fue un desierto de dunas y en medio un oasis con palmeras rodeado por una calle con alojamiento y restaurantes que encerraban a una laguna. El lugar nos fascinó, por la paz, lo minúsculo y por la ubicación.

Sara en las dunas de Huacachina

Vistas de la Laguna Huacachina

Aquí se pueden hacer varias cosas, como relajarse, hacer tubulares (una especie de "buggies" que te llevan por las dunas) y sandboard. Esta actividad es muy curiosa porque se trata de hacer surf con una tabla casera adaptada a la arena (por supuesto!!) por las dunas. Es muy divertido y puede ser una actividad muy barata (3 soles) si le alquilas las tablas a los puestecitos directamente, tal y como hicimos nosotros. Sin embargo no se puede hacer a las 12 del medio día, porque nos achicharramos los pies con la arena!

Ami practicando sandboard

Desde Laguna Huacachina fuimos a Nazca. Llegamos allí con la esperanza de ver las famosas líneas dibujadas misteriosamente hace años y atraídos por la magia del lugar. Nada más llegar allí vimos que estaban de fiesta, y os podemos asegurar que una cosa que le encanta al Peruano es bailar y beber, así que el espectáculos de dos "blanquitos gringos" caminando en medio de la multitud "alegre" con dos supermochilas, fue un espectáculo. Los alojamientos por Perú son un poco diferentes ya que hay hostels, pero por el mismo precio puedes encontrar habitaciones privadas dobles, así que por 30 soles estuvimos en habitación privada. Hay que decir que Nazca se mueve alrededor del turismo de las líneas de Nazca. Como todo, las líneas se pueden hacer a lo "rico" o a lo "pobre" y a que no sabéis como las hicimos? jajajaja Efectivamente! A lo pobre!

Mirador para ver las lineas de Nazca

Hacía unos meses había habido un accidente mortal que hizo que el gobierno cerrara las empresas de aviación "no legales" que sobrevolaban las líneas, así que los precios habían aumentado casi el doble y sobrevolar las líneas costaba 95 USD. Eso es muchísimos para dos mochileros como nosotros, así que averiguando descubrimos que por 2 soles un bus te llevaba a un mirador donde se veían dos figuras. Llegamos allí, pagamos 2 soles más por personas, subimos y vimos dos figuras que sin merecer no estaban demasiado definidas y no nos sorprendieron demasiado. Quizá las más grandes serian más impresionantes, pero la experiencia estuvo bien. A los días dejamos Nazca y nos dirigimos a Cuzco, aunque esta es otra entrada ya que Machu Picchu se merece un punto y aparte.



Bienvenidos a las lineas de Nazca. Abajo: Lineas de Nazca



Ami con Dominich, niño peruano del hostel de Nazca

Inca Cola, el refresco de cola peruano

 Después de visitar Machu Picchu decidimos ir a Puno. Puno es la ciudad más cerca de la frontera Boliviana y comparte rio Titicaca con este país.Dicen los propios peruanos que al peruano hay que darle tiempo a lo que se refiere a las relaciones sociales. De primeras, y esto es una opinión sin intención de ofender a nadie, son cerrados y un poco desconfiados. La verdad es que cuando más nos íbamos acercando a la frontera con Bolivia este hecho iba siendo más notable.


Llegamos a Puno, una ciudad peruana donde habíamos oído que no había nada y que no valía la pena parar. Sin embargo, descubrimos el autentico Perú, con sus mercados de comidas y productos típicos y donde a parte del español se hablaba otra lengua, el Aimara.  Estábamos a más de 4100 metros de altura y evitando el soroche, o mal de altura, empezamos a investigar la ciudad la qual estaba llena de mercados de comida y vida callejera gracias a la celebración religiosa de la Candelaria.

En la terminal de bus con nuestros amigos argentinos: Horacio, Leti y Silvana

    

 

Comiendo en los comedores populares

Procesión durante la fiesta de la Candelaria en Puno

Desde Puno fuimos en excursión a los Uros, unas islas flotantes artificiales hechas con juncos donde vive gente aislada de la civilización. La excursión es interesante aunque esta ideada alrededor del turismo, como muchas de las atracciones turísticas del país. El Titicaca es uno de los lagos más grandes de América y el más alto en altura. Es curioso ver como ambos países, Bolivia y Perú se disputan las islas y las atracciones del lago ya que resulta una fuente de ingresos importante para ambos países.

Isla de los Uros. Arriba: casas y habitantes de los Uros



Es primero de febrero y pasamos la frontera boliviana. Después de estar una semana en Bolivia decidimos volver a Perú. Nos quedaba Arequipa, la ciudad blanca de Perú y decidimos ir a visitarla para poder llegar a Lima y viajar hacia México. Viniendo de Bolivia y parando en Puno, tocamos suelo Arequipeño. La verdad es que los autobuses peruanos no son de los mejores que hemos probado. De hecho nos explicaron que aquí el tema de las clases en las que viajábamos era muy importante. En Perú rehabilitan camiones (que son de un eje y más baratos) para que hagan la función de autobuses de pasajeros. Esto es peligroso porque no tienen tanta estabilidad. La verdad es que la tasa de accidentes, y por tanto de muertos en carretera, es bastante grande en este país y esto se traduce en que con el transporte no se juega y lo barato sale caro.

Por las calles blancas de Arequipa

Arequipa es una ciudad muy parecida a Cuzco. Tiene una plaza de armas espectacular y el nivel cultural se ve notablemente más alto que en el interior del país. Tiene una calle peatonal, a nuestro gusto demasiado comercial y “americanizada” a nivel comercial, pero rincones de comida y multitud de iglesias que le dan un aire diferente. Además las fachadas son blancas ya que están construidas de una piedra volcánica que se encuentra en la zona que es de este color y que le da a la ciudad su apodo de “ciudad blanca”. Arequipa es un lugar ideal para visitar el valle del Colca donde se ven cóndors y es una visita casi obligada. Lamentablemente nosotros no lo hicimos porque los conductores estaban de huelga y nos obligaban a hacerlo por agencia a precios altísimos. Bueno, quizá la próxima vez!!

Catedral de Arequipa

Hasta aquí nuestra aventura por Perú. Aunque en la próxima entrada narremos nuestra otra aventura, con mayúsculas, por Machu Picchu, dejamos Perú el día de los enamorados de 2011 después de haber descansado en el hostel de Lima durante un par de días para hacer borrón y cuenta nueva y volar a México. Otra nueva experiencia nos espera.